19 abril 2018
ETA confirmará su desaparición definitiva la primera semana
de mayo
Un acto que se celebrará días antes en el País Vasco
francés servirá de 'pista de aterrizaje' para que la banda ponga fin a medio
siglo de crímenes
ETA
anunciará su desaparición la primera semana de mayo. Está previsto que unos días antes
de que se haga pública esa decisión diferentes agentes sociales y políticos
convoquen en el País Vasco francés un acto que sirva de 'pista de aterrizaje' a
la banda terrorista, una fórmula similar a la que se utilizó en octubre de 2011
con la celebración de la
Conferencia de Aiete apenas 48 antes del cese de su actividad
terrorista. La organización ha asesinado a lo largo de su historia
a más de 850 personas, la gran mayoría desde la reinstauración
de la democracia.
La posibilidad de que la banda pusiese fin a medio siglo de
violencia antes de verano circulaba desde hacía meses. El propio Gobierno vasco y la
mayoría de las fuerzas políticas consideraban que el anuncio llegaría a lo
largo del mes de mayo. A más tardar junio. Un planteamiento que
también compartían organizaciones como el Foro Social y Bide Baketik, las
mismas que participaron en el desarme del año pasado.
La hipótesis de que ETA hiciese pública su decisión la primera semana de
mayo ya fue desvelada por EL CORREO el pasado 7 de abril. Este periódico
informó hace dos semanas de que la izquierda abertzale barajaba el 2 de mayo
como la opción más plausible para que la banda terrorista anunciase su
«desmovilización». ETB señaló ayer que sería el fin de semana siguiente, es
decir, el 5 o el 6 de mayo.
Unos días antes, diferentes
agentes sociales y personalidades internacionales intentarán arropar y dar
credibilidad a la decisión de la banda en un acto en el País Vasco francés.
Será el próximo lunes, según la televisión pública vasca, cuando los
responsables del Foro Social, Bide Baketik y Brian Currin, el máximo
responsable del Grupo Internacional de Contacto, anuncien en rueda de prensa en
qué consistirá ese encuentro.
La
celebración de un acto previo a la disolución pretende presentar el final de la
banda como una victoria política. Este periódico ya informó de que, además de con Currin,
la izquierda abertzale ha contactado con Matteo Zuppi, arzobispo de Bolonia y
dirigente de la orden de SanEgidio. Su presencia el año pasado en Bayona
durante la entrega de armas por parte de ETA provocó protestas en importantes
sectores de la Iglesia.
Cargada de tensión
La decisión de la banda terrorista llegará tras un profundo
e intenso debate en la izquierda abertzale a todos los niveles. En este paso
han tenido un papel relevante los presos de ETA. Desde finales de 2016 los
reclusos de la banda han analizado la oportunidad de 'bajar la persiana'.
Ha sido una discusión cargada de tensión, ya que algunos sectores radicales
apostaban por mantener vivas las siglas. Al final, sin embargo, la dirección de
la izquierda abertzale logró orillar a esos grupos, a los que califican de «muy
minoritarios». La banda, en todo caso, ha creado una comisión para evitar que
los disidentes usen las siglas tras su disolución.
Uno de los motivos por el que los propios presos han
apostado por acabar con ETA ha sido pragmático. El colectivo, aglutinado en el
EPPK, es consciente de que las escasas opciones de acceder a beneficios
penitenciarios o
lograr su traslado a cárceles próximas al País Vasco pasan por que desaparezca
la organización a la que han pertenecido durante décadas y por la que muchos de
ellos deberán cumplir décadas en prisión.
De hecho, la propia izquierda abertzale impulsó un cambio
histórico dentro de las cárceles para que los reclusos buscasen salidas
individualizadas para intentar aliviar sus condenas. Una vía que, por ahora, no
ha dado resultados. El
único modo de que se cambie la política penitenciaria, ha insistido el Gobierno
de Mariano Rajoy, es que la banda desaparezca.
Lo que queda por aclarar es qué fórmula emplearán los
terroristas para decir adiós. El
Ejecutivo del PP exige que sea una «disolución» explícita. Sin
embargo, se trata de un término que suele eludir pronunciar la izquierda
abertzale. Hace escasas fechas, uno de los últimos dirigentes con peso de la
banda, David Pla, en la actualidad encarcelado en Francia, recalcó que «ETA ha estado
y está comprometida a seguir las tres fases del protocolo DDR». Se trata de un
acrónimo empleado por la
ONU. Significa Desarme, Desmovilización y Reintegración. En
todo caso, desde
Sortu se subraya que la declaración no dejará dudas de la voluntad de ETA de
cerrar de forma definitiva su trágica historia.
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