14 abril 2018
Víctimas de La Rambla e Hipercor desmontan
la acusación de terrorismo contra los CDR
Robert Manrique se siente "muy
ofendido" después de que se haya intentado acusar a los Comités de Defensa
de la República
(CDR) de sedición, rebelión y, de paso, terrorismo. Javier Martínez se siente insultado y siente
indignación, porque la
Fiscalía y la Guardia Civil están banalizando su dolor.
"Se tiene que conocer el significado de las palabras antes de
utilizarlas", advierte. Los dos son víctimas del terrorismo.
Concretamente, son víctimas de los dos atentados más sanguinarios que ha vivido
el país: el de Hipercor,
perpetrado por ETA el 19 de junio de 1987, y el de la Rambla,
reivindicado por el autodenominado Estado Islámico el 17 de agosto
de 2017.
Ya hace casi 31 años desde que un Ford Fiesta
explotó en el garaje subterráneo de Hipercor, en la Meridiana. Pero
Manrique se acuerda como si fuera ayer. Él estaba cortando diez libritos de
lomo para la señora Agustina Cabanillas y su hija Maricarmen, vecinas del
barrio... "¡y bum!". Sobrevivió con quemaduras por todo el cuerpo.
Tres décadas después, sigue a disposición de todas las víctimas, ya sean de ETA,
los GRAPO, el yihadismo o la extrema derecha.
Martínez todavía lo tiene todo muy reciente, y
ha podido hablar con muy poca gente. Es el padre del pequeño Xavi, el niño de
tres años asesinado en el atropello masivo de la Rambla. Él estaba allí.
Pero en casi ocho meses ha tenido suficiente para darse cuenta del uso político
que se hace del terrorismo y de sus víctimas. En muchas cuestiones coincide con
Manrique, quien ya hace años que se desvinculó de las principales asociaciones
de víctimas del terrorismo por su politización.
"De toda la gente con la que he
hablado de ello, nadie
entiende nada", confesa Manrique. "No entendemos por
qué se tiene que equiparar la animalada de un asesinato con el simple hecho de
cortar una carretera o levantar las barrerasen una autopista de Florentino
Pérez". Explica que lo ha hablado con una víctima del 11-M, que no
entendía cómo se podía acusar Tamara Carrasco, la miembro de los CDR detenida
esta semana, por los mismos delitos que los autores de la masacre de Atocha.
Martínez se expresa en unos términos muy
parecidos. "Se están pasando un poquito", asegura. "Es muy
indignante, especialmente cuando hay víctimas de terrorismo real como
nosotros, y cuando pasó lo que pasó en Barcelona hace pocos meses",
indica. No puede evitar indignarse: "La violencia es la que
sufrimos nosotros el 17 de agosto, no lo de ahora".
De hecho, como señala Manrique, incluso hay
víctimas que participan de estas protestas de los CDR. Tiene constancia de
ello. Explica también que recibió un mensaje de WhatsApp de
una víctima que decía lo siguiente: "¿Me están diciendo que mi hermano, a
quien le mataron a nuestro padre, es terrorista porque forma parte de un
CDR?".
El mismo Martínez participó de la manifestación
de la Diada
de 2014, que formó una V en la
Gran Vía y la Avenida Diagonal de Barcelona. "Yo fui a la manifestación
de la V.
¿También soy terrorista? ¿Las víctimas del terrorismo también somos
terroristas? ¿Por manifestarnos en la calle somos terroristas?", se
pregunta.
Como mucho, en las actuaciones de los CDR ven
algún episodio de vandalismo y de desórdenes públicos, como en muchas otras
manifestaciones y huelgas generales. Recuerdan que para que haya terrorismo es
necesario que haya una banda criminal y que vaya armada. Los dos se
preguntan dónde están los muertos y los heridos de los CDR.
¿Qué
intención hay detrás?
Para Javier Martínez, los motivos que hay
detrás de esta campaña de criminalización son bastante claros. "Creo que
están intentando hacer ver a Europa y todo el mundo que los catalanes no somos
gente pacífica, que hacemos cosas malas, sólo para poder justificar la política que
están llevando a cabo en Catalunya", asegura. Cree que
esta política también llega hasta el atentado, con una campaña para cuestionar
la tarea de los Mossos d'Esquadra en aquellos días.
En este sentido, lamenta que la policía
catalana no tenía toda la información necesaria para haber evitado la tragedia
del 17-A. "Aunque la
Guardia Urbana no está ni equipada, cuatro guardias urbanos
intentaron salvar la vida de mi hijo. Yo los he conocido", señala. "Y
los Mossos están haciendo una lucha que no sé ni cómo la hacen, si no tienen
información real sobre lo que está pasando". Se llega a preguntar si
realmente lo que quieren es "poner al Ejército aquí dentro".
Robert Manrique también lo tiene muy claro:
"Quieren seguir tapando todas las cosas que no quieren que salgan.
Con eso llenan el 70% de los telediarios, que tendrían que estar hablando del
PP, de Cristina Cifuentes, de los ERES...". En esta línea, lamenta que, en
casos como este, "mucha gente se cree las tonterías que les explican
sobre Catalunya".
Por otro lado, lamenta Manrique, nadie actúa
contra los ultras que incendiaron el Ateneu Popular
de Sarrià. "Además, ellos sí que son banda, y acostumbran
a ir armados con bates de béisbol, puños americanos... Que pregunten a la gente
que zurran por simplemente ser de otro color. Si aplicas la ley, que sea igual
para todo el mundo," dice.
La
reforma de 2015
Parte del problema reside en la reforma del Código Penal del
2015, acordada por el PP y el PSOE. El artículo 573 aumentó el
catálogo de las finalidades terroristas, yendo mucho más allá de los atentados
violentos para crear terror en la población. También se incluyó "cualquier
delito grave" que tenga como objetivo "subvertir el orden
constitucional" o "desestabilizar" el funcionamiento de las
instituciones del Estado u obligar los poderes públicos "a realizar un
acto o abstenerse de hacerlo".
Esta reforma es la que ha permitido, entre
otras cosas, que unos jóvenes de Altsasu (Navarra) lleven más de 500 días en
prisión cautelar acusados de terrorismo por agredir a dos guardias civiles y
sus parejas en una pelea de bar. Uno de ellos terminó con un tobillo roto. La Fiscalía lo sitúa en una
campaña para expulsar a la
Policía Nacional y la Guardia Civil , y
pide 50 años
de cárcel para siete de los ocho detenidos.
Manrique, sin embargo, pone en duda que el
problema sea tanto la legislación como su aplicación con criterio de igualdad.
En este sentido, pone como ejemplo un tuit del periodista Alfonso Rojo, de hace
un año, que decía lo siguiente: "Colau
dispara en la nuca de las víctimas del atentado de ETA en el Hipercor".
Y lo comenta: "Si eso no es apología del terrorismo... El día que la Fiscalía lo cite a
declarar, hablamos sobre si se ha rebajado la legislación o no. El problema es
que se la han hecho a medida".
"Yo recuerdo la legislación del 99, que
hablaba de grupos o bandas criminales armadas que intenten
atentar claramente la paz ciudadana," explica la víctima de Hipercor.
"¿De verdad que los CDR son criminales? ¿A quién han hecho daño? Como
mucho han levantado unas barreras, pero ni siquiera las han roto. ¿Los
camioneros que cortan el tráfico para reclamar que baje el precio de la
gasolina, también son terroristas?".
Víctimas y
Mossos, los olvidados
Mientras tanto, ¿cómo está la atención a las
víctimas del terrorismo? "De momento, no se puede hablar con la Generalitat , porque
por culpa del 155 no tenemos nadie con quien hablar", lamenta Manrique,
que durante los últimos 30 años se ha dedicado al asesoramiento de víctimas.
"De momento, lo estamos haciendo todo gratis en nuestro tiempo
libre", añade. También está llevando la asistencia de víctimas de los
atentados de Barcelona y Cambrils. "Lo más jodido es que este agosto hará
un año, y es cuando se acaba el plazo del Ministerio para reclamar tus
derechos. Si no te informas, los pierdes. Y por eso lo estamos haciendo
nosotros", precisa.
Y la lucha contra el terrorismo, ¿cómo está? El
padre del pequeño Xavi hace una advertencia muy dura: "Estamos
desprotegidos en Catalunya. Puede volver a pasar. Y todavía me quedan una hija
de 8 años y otra de 22". En este sentido, apunta hacia la
"disputa" entre cuerpos policiales. "Cuando pasó el atentado, a los
Mossos les faltaba información. Lo sé por ellos. Se sintieron
mal porque no pudieron evitarlo. Estas personas son las que estuvieron a
primera línea, las que defienden nuestra vida".
"Ahora mismo no se está haciendo nada. Se
están tapando muchas cosas. Los Mossos no tienen medios, la Guardia Urbana
tampoco. Están hostigados. Y no tenemos información sobre radicalización o
células yihadistas", sigue Javier Martínez. "La batalla entre
cuerpos policiales nos está dejando desprotegidos", insiste.
Instrumentalización
del terrorismo
¿Quién se acuerda de Javier Martínez? De
políticos, puntualiza, sólo Pablo
Iglesias, que el día de la manifestación contra los atentados
se acercó a él para abrazarlo y darle gracias. "Pero después nada",
lamenta. "Los políticos se olvidan de las personas, pero ahí arriba los
ponen las personas", asegura. "Si en vez de morir mi hijo de tres
años, se hubiera muerto el hijo de un político importante, ¿tú crees que
habrían hecho algo más?", se cuestiona. Él mismo tiene la respuesta a
su pregunta.
"¿Sabes quién se acuerda de nosotros? Unos
chicos de Cádiz, que le han hecho una comparsa a mi hijo. O los Mossos
d'Esquadra, que me envían una
felicitación de Navidad y me dicen que están con nosotros, que
también sufren porque tienen hijos. Eso es lo que nos ayuda a seguir: las
personas", defiende Martínez. "De los demás, ¿quién se acuerda
de mí? ¿Cuándo me ha llamado alguna persona del Ministerio?", insiste.
Manrique hace muchos años que sabe qué pan se
cuece en las administraciones. "Hemos tenido que coordinar una unidad
de atención a víctimas para dar asistencia a las víctimas de la Rambla y Cambrils, porque
lo que el Ministerio vende no coincide en absoluto con la realidad",
critica. Y de la politización e instrumentalización que se ha hecho del
terrorismo en el Estado español, también tiene una larga experiencia. Eso le
costó la expulsión de la
Asociación de Víctimas del Terrorismo (AVT) española en el
2002, y que se acabara yendo de la associación catalana.
Justamente recuerda que la AVT española acaba de entregar
esta misma semana un premio --la Cruz de la Dignidad-- a la
presidenta madrileña Cristina Cifuentes, en plena
polémica por su currículum. "Cuando la política entra por la puerta, la
justicia salta por la ventana", sentencia. En este sentido, recuerda
que a partir de la tregua de ETA de 1998, algunos políticos vieron un
"hilo de oportunidad" en el terrorismo y sus víctimas.
El caso de Javier Martínez adoptó cierta
relevancia pública después de abrazarse con el imán de Rubí en
pleno luto por la muerte de su hijo. La fotografía dio la vuelta al mundo. Pero
todavía hoy lamenta que muchos pocos políticos no se han dado cuenta de lo que
realmente quería transmitir con aquel gesto. "¿No han entendido
nada?", se pregunta. "Yo quiero que la muerte de mi hijo sirva para
algo".
Opinión:
Tras las reacciones que han surgido por la relación que
algunos presentan entre los CDR y el terrorismo y la respuesta que otros hemos
planteado ante esas declaraciones, solo quiero aclarar una cuestión. Jamás
publicaré en este blog (que es el mío personal) nada que pueda afectar a la
imagen de la asociación que co-fundé en el año 2003. Ya aparecen informaciones
en algunos medios mostrando esa realidad pero por mi parte no aportaré
información que dañe la imagen de unas siglas que estarán siempre por encima de
personas y de personajes.
Por otro lado, la información presentada en esta entrevista
(como en muchas otras) muestra claramente que hay una enorme labor por hacer y
que siempre seremos los mismos los que dediquemos tiempo, recursos y fuerzas para
hacerla lo mejor posible. Los que la empezamos hace casi 30 años y las grandes
personas que se están convirtiendo en grandes amigos al tener unos proyectos
comunes: trabajar para poner nuestro grano de arena y que nadie mas sufra lo
que ya hemos sufrido otros.
No hay comentarios:
Publicar un comentario