08 mayo 2018
El material de ETA entregado por
Francia en 2016 languidece en la Audiencia Nacional
Documentos incautados a ETA en Francia y entregados a España en
2016 están en las instalaciones de la Audiencia Nacional sin haber sido inspeccionados ni
utilizados. Ni se ha dado la orden para que los agentes de la Policía y
de la Guardia Civil asignados al caso empiecen a trabajar
ni ha sido adquirido el material necesario para hacerlo.
Por
otra parte, las autoridades francesas sólo proporcionaron a las españolas el
material del que disponían a partir de 1999. El resto de los documentos
referentes al funcionamiento interno de ETA, a sus miembros y jerarquías, a la
persecución de sus víctimas o a la distribución del material explosivo del que
ésta disponía fechados con anterioridad a ese año fueron destruidos en
aplicación de la legislación del país vecino.
La
llegada a España de documentación y armas pertenecientes a la banda terrorista
y en poder de la
Administración francesa por estar vinculadas a los
procedimientos judiciales abiertos por ésta, estuvo en su día rodeada de un morbo
comprensible. Los papeles y demás efectos de ETA fueron trasladados desde París a Madrid en
el mayor de los secretos. Un convoy de camiones de la Guardia Civil
realizó el traslado y nada se supo hasta que no quedaron debidamente
custodiados en España.
Inicialmente,
aquella operación, bautizada como Memoria
Viva, fue vista como un modo de potenciar la investigación de los
crímenes de ETA sin resolver -más
de 350- y de contribuir a dignificar de este modo la memoria de las víctimas.
Una vez los documentos quedaron guardados en suelo español se puso en marcha un
protocolo de actuación.
El
interés principal era mantener la cadena de custodia para que cada uno de los
datos pudiera tener validez judicial y todo se puso a disposición de la Audiencia Nacional.
Después se creó un equipo policial que se dividió por grupos correspondientes a
otros tantos montones de documentación. Se trataba de escanear y clasificar,
poner en formatos accesibles la enorme cantidad de datos que fue remitida y
compartir la información, ponerla a disposición de las Fuerzas de Seguridad
del Estado por
igual. Una vez judicializado cada elemento, el destino del material era ser
puesto a disposición del Centro Memorial de las Víctimas
del Terrorismo, con sede en Vitoria.
Entre
los papeles y el material aparcado se encuentra todo aquello relativo a la
operación Santuario de 2004, la que acabó con la detención de Mikel Antza, el entonces número uno de la organización, y de Anboto,
su pareja, una de las mujeres que formaron parte de la cúpula de la
organización y la encargada de leer en euskera el comunicado de disolución de
ETA del jueves pasado. Los dos etarras estaban ocultos en una preciosa casa en Salies de Bearn en
la que fue localizado el ordenador de Antza. Estaba abierto, con notas
manuscritas alrededor, de modo que por los menos en este caso no hizo falta
desencriptar demasiadas cosas.
Esa
parte de la operación Santuario fue denominada Lima, pero ese día
se produjeron en cascada otras llamadas Roca, Arsenal, Santiago, Kursaal, Doctor y Osbow. En
todas ellas hubo detenciones importantes y fueron incautados papeles, pero
destacó una en la que fue localizada una especie de biblioteca de ETA.
Fue
encontrada bajo el fregadero de una casa denominada Sagardiena en
la que vivían dos provectos señores franceses. Los agentes de la Guardia Civil
levantaron un mazacote de piedra maciza de unos 20 centímetros y
hallaron todo un almacén organizado, como una ferretería, en el que la banda
ocultaba detonadores y armas, pero también la historia de la organización
escrita por la propia ETA. Con grabaciones de radio, entrevistas hechas a los
terroristas por los propios terroristas y ficheros de documentos organizados de
forma prolija entre los que destacaba uno con la palabra GAL.
Todas
esos elementos y muchos más se encuentran en poder de la Audiencia Nacional ,
pero nada se ha hecho todavía con ello, según las fuentes consultadas. Haría
falta una orden procedente del Ministerio del Interior para empezar el trabajo y otra orden
que garantizase la posibilidad de utilizar ordenadores, escáneres y otro tipo
de materiales de los que no se dispone en estos momentos.
Opinión:
Pues totalmente de acuerdo… tanta exigencia en que se resuelvan los
atentados pendientes de la banda terrorista ETA (como debe ser) y mientras tanto
están las armas descuidadas y sin investigar… ¿va en serio?
Si es así ¿alguien va a protestar o el buenrollismo entre asociaciones
y el gobierno central tapará también esta extraña situación?
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