28 mayo 2018
La ponencia de memoria y convivencia abocada
de nuevo a la falta de acuerdo
La ponencia de autogobierno no es la única con
dificultades en el Parlamento Vasco. El grupo de trabajo parlamentario sobre
paz y convivencia también se ve abocado a irse de vacaciones en verano sin
cerrar ningún acuerdo y con unas perspectivas para el siguiente curso político
más bien oscuras. Los partidos participantes en la misma admiten lo complicado
de lograr un consenso sobre Memoria y Convivencia a corto plazo. La disolución
de ETA no solo no ha allanado el camino para un pacto sino que, paradójicamente,
ha dejado al descubierto los obstáculos para el mismo.
De hecho, la desaparición de la banda provocó un
primer movimiento estratégico del Gobierno Vasco que afecta de lleno a la
ponencia de paz. El lehendakari, Iñigo Urkullu, y la presidenta de Navarra,
Uxue Barkos, pusieron en marcha el Grupo de Trabajo de Bertiz, que tiene la
política penitenciaria como objetivo más inmediato, pero que también abarca
cuestiones como la memoria o las víctimas. Esta apuesta estratégica, aplaudida
por el PNV y que incluso en la izquierda abertzale observan como un elemento
útil, eclipsará a la ponencia parlamentaria de paz a poco que logre algún tipo
de avance.
Así lo entienden varios grupos participantes del
foro de la Cámara. El
hecho de que en el grupo de Bertiz se emplace al Gobierno central, que tiene la
llave de las cárceles, que al frente de este proyecto esté el área de paz del
Ejecutivo de Urkullu, y que haya abierta ya una interlocución discreta entre
Vitoria y Madrid provoca que, se quiera o no, se erija en la principal
referencia institucional para consolidar el nuevo tiempo sin ETA.
Otros factores también juegan en contra de la
ponencia parlamentaria. Por ejemplo, el hecho de que el PP ratifique que no
cambiará su decisión de no sentarse a la ponencia, pese al nuevo escenario de
disolución de ETA, que los propios populares exigían a la banda. El partido de
Alfonso Alonso no ve utilidad a este grupo de debate y lo seguirá dejando cojo
en lo que resta de legislatura vasca, confirman fuentes de esta formación.
El PP entiende que EH Bildu, la coalición que
integra a la izquierda abertzale, sigue sin «considerar injusto el terrorismo
de ETA» como se evidenció, a su juicio, con su reciente rechazo a sumarse a una
declaración institucional saludando el final de la banda que recogía un párrafo
sobre el «daño injusto causado». Aquella moción fue auspiciada por el PSE-EE,
partido que trata de abrir un camino constructivo para consolidar la paz,
incluso con intercambios puntuales y mutuos de gestos con el mundo de EH Bildu.
Guiños no menores, como la asistencia de la coalición abertzale al homenaje al
exedil socialista de Arrasate asesinado por ETA, Isaías Carrasco, o el apoyo
del PSE-EE a distintas mociones contra el alejamiento de los presos.
No obstante, la batalla del relato sigue
interponiéndose como una discrepancia por ahora determinante entre ambos. Así
ocurrió con la declaración institucional sobre el fin de ETA patrocinada con
los socialistas.
No obstante, también se dan algunos acuerdos. La Comisión de Derechos
Humanos del Parlamento debe debatir en próximas fechas una moción sobre la
muerte del preso Xabier Rey, fallecido en Cádiz a mil kilómetros de su casa, en
la que PNV, EH Bildu, Elkarrekin Podemos y PSE-EE han sido capaces de
consensuar un texto en el que se habla de «reconocer el daño causado» por la
violencia, incluida la de ETA, y flexibilizar la política penitenciaria.
Es sobre estas bases donde la izquierda abertzale ve
margen para intentar acuerdos mínimos sobre pacificación que permitan avanzar
tanto en el reconocimiento de todas las víctimas como en la necesidad de otra
política carcelaria.
Desde el mundo de la izquierda abertzale se ve
imposible, por el contrario, elaborar un relato único, de «buenos y malos», en
palabras del líder de Sortu, Arkaitz Rodríguez, como entienden que pretende el
lehendakari y el resto de formaciones. Eso no impide, señalan desde este
espectro ideológico, que pueda llegarse a un «acuerdo de mínimos basado en el
reconocimiento, reparación y respeto de todas las víctimas» y en la «asunción
de la responsabilidad de cada uno». Luego, habrá «relatos distintos y no se
pueden imponer», insisten desde el mundo de Sortu, asumiendo que existan
posturas críticas con la violencia de ETA.
Comparecencias
Pese a todo, el trabajo en la ponencia sigue y hoy,
por la mañana, comparecerán Rafael Sainz de Rozas, responsable del área de
personas en prisión del Ararteko, y Esther Pascual Rodríguez, abogada,
mediadora y coordinadora de los encuentros entre presos de ETA y sus víctimas.
Paralelamente, organismos extraparlamentarios como
el Foro Social Permanente trabajan en el exterior, como complemento a las
instituciones, en la búsqueda de acuerdos transversales sobre víctimas, memoria
y presos. Los socialistas están trabajando junto al resto de grupos, salvo los
populares, en lograr avances en este marco, como el alcanzado en abril en las
Juntas Generales de Alava o en el Parlamento Navarro, aunque admiten que queda
mucho camino por recorrer.
No hay comentarios:
Publicar un comentario