23 mayo 2018
La Junta complementará las ayudas estatales a las víctimas de
terrorismo
La
Junta
de Extremadura concederá a las víctimas de terrorismo ayudas económicas
adicionales a las que otorga el Gobierno. Es una de las novedades incluidas en
el proyecto de ley que ha elaborado la Administración
regional y que también plantea ampliar las ventajas asistenciales y materiales
que contempla la norma básica estatal. La Consejería de Medio Ambiente y Rural, que tiene
las competencias en materia de interior, expone al público el borrador de esta
norma con el objetivo de poder recibir sugerencias. De esa forma, se inicia la
tramitación de una ley que aún tardará varios meses en ser realidad y que está
sujeta a modificaciones. La propuesta de la Junta consiste en dar un paso más allá de la ley
autonómica de medidas para la asistencia y atención de las víctimas del
terrorismo, que fue aprobada en el año 2005 pero que no llegó a ejecutarse por
falta de un reglamento de desarrollo. La nueva norma también deja para una
regulación posterior muchos de sus preceptos, pero sienta las bases para una
atención más específica. De entrada, amplía su ámbito de aplicación. La ley de
2005 se aplica a los que hayan sufrido, así como a sus familiares más cercanos,
actos cometidos desde 1968, año que históricamente se ha considerado el inicio
de la actividad terrorista de ETA. Ahora se amplía hasta el 27 de junio de
1960, cuando falleció su primera víctima, una niña de 22 meses. Además, la Administración
regional ya no sólo atenderá a víctimas de bandas organizadas o grupos armados,
sino también de personas que a título individual realizan actos terroristas,
tal como establece la ley estatal. Además, se incluyen como beneficiarios de
las medidas de reparación las empresas que sufran daños en atentados. Uno de
los requisitos para acceder a las ayudas será que el interesado solicite
previamente al Gobierno las indemnizaciones establecidas en la norma estatal. La Junta de Extremadura
incrementará estas cantidades en el porcentaje que se establezca
reglamentariamente. Asimismo, en el desarrollo de la nueva ley autonómica se
fijará el importe máximo a percibir de la comunidad. La aportación regional
tendrá carácter complementario, de modo que sólo se abonará la diferencia entre
la ayuda autonómica y la concedida por otros organismos. Si esta última es
igual o superior a la extremeña, la persona beneficiaria no percibirá ninguna
cantidad. En materia de reparación, la nueva norma plantea la concesión de
indemnizaciones por daños físicos o psíquicos con ocasión del fallecimiento,
gran invalidez, incapacidad permanente absoluta, incapacidad permanente total,
incapacidad permanente parcial, incapacidad temporal y lesiones de carácter
definitivo no invalidantes.
También se compensarán los da- ños materiales causados en
la vivienda habitual de la víctima (se contempla asimismo un alojamiento
provisional), en los establecimientos mercantiles o industriales, en elementos
productivos de las empresas, en las sedes de los partidos políticos, sindicatos
u organizaciones sociales y en vehículos particulares y de transporte.
Asimismo, se subvencionará la instalación de sistemas de seguridad. Estas
indemnizaciones están pensadas para nuevos actos, pero la ley también contempla
un amplio abanico de actuaciones asistenciales que llegarán a quienes ya tienen
la condición de víctima de terrorismo.
Prestaciones
asistenciales
Muchas de estas prestaciones dependerán del desarrollo
normativo, pero ya se plantea una atención más amplia que la establecida en
2005. Por ejemplo, la Junta
asumirá la asistencia médica de quienes hayan sufrido lesiones por actos
terroristas, tengan o no la condición de asegurados por el sistema público.
Esto incluye el tratamiento, la implantación de prótesis, las intervenciones
quirúrgicas y las necesidades ortopédicas, así como los gastos generados por el
acompañamiento fuera de la región. Asimismo, se propone asistencia psicológica
inmediata y de atención a las secuelas que se puedan producir, así como ayudas
para gasto farmacéutico.
También se plantea que las víctimas puedan recibir una
atención urgente para la valoración y el acceso a prestaciones por dependencia.
Además, tendrán preferencia en el ingreso a los centros residenciales de
personas mayores.
Junto a esto, se propone una atención específica en centros
docentes, con la posibilidad de acceder a ayudas para material, transporte y
residencia que pueden llegar hasta estudios de posgrado.
La nueva norma también propone conceder ayudas a las
asociaciones de apoyo a quienes han sufrido actos de terrorismo y la creación
de dos nuevas distinciones honoríficas: la Medalla a las víctimas y la Medalla a la defensa de
las víctimas.
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