08 mayo 2018
Casi mil militantes
de ETA acordaron la disolución
La decisión de disolución
de ETA fue
producto de un debate interno y de una resolución elocuente tanto en las cifras
de participación (1.077 votantes) como en el resultado definitivo (93% de síes
y 4% de noes). Es decir, 997 han dicho 'sí' a poner fin a la organización para
impulsar el proceso de liberación, 47 'no' y 33 se han inclinado por el voto en
blanco o la abstención. La propuesta fue apoyada de forma claramente
mayoritaria en todos los ámbitos: estructura operativa, cárceles, exilio....
Una comunicación
interna denominada
'Barne Komunikazio Orokorra 1803 fechada en marzo, y revelada ayer por Gara,
deja claro el resultado del proceso y la corriente mayoritaria. La decisión de
acabar con la trayectoria de la organización la tomó la militancia, pero
también han sido informadas cientos de personas cercanas a la organización,
según este escrito, que intenta poner de relieve el carácter «casi unánime».
«La
militancia ha dado un respaldo muy grande a la propuesta política», sostiene el comunicado, que
subraya que se «ha buscado que hubiera una participación grande» y cree que
«hay que hacer una valoración muy positiva del trabajo realizado, por encima de
las dificultades y carencias, dado que no se ha podido llegar a algunos sitios
y en otros existían sus propias dificultades».
Así, la comunicación sostiene que tras el censo
confeccionado tenían derecho a voto 1.335 militantes. Una
cifra pequeña de las mismas (70) declinaron expresamente la posibilidad por
razones diferentes. El grupo más amplio lo han formado quienes «no se veían
legitimados» para tomar esa decisión «debido a la escasa relación con la
organización en los últimos años». En general, han mostrado «una posición
favorable a la propuesta política», aclara. Hubo también quienes se inclinaron
por no participar porque «creían que la decisión ya estaba tomada». En general,
«este grupo lo han formado personas
críticas con el cambio de
estrategia o con su desarrollo».
El debate
interno giró
en tormo a tres documentos, aunque solo el de propuesta política se sometía a
votación. El primero analizaba el proceso de liberación desde una perspectiva
histórica, remontándose a siglos atrás, mientras el segundo detallaba y hacía
balance de lo ocurrido entre 2009 y 2017, es decir, desde el cambio de
estrategia de la izquierda abertzale. A su vez, ETA descartó crear un comité de
gestión de las «consecuencias del conflicto», según la comunicación, para no
dejar dudas sobre su final.
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