28 julio 2019
Los Mossos reconstruyeron el 17-A después de los atentados
y no antes
La policía catalana hizo un “estudio retroactivo”
de las conversaciones de los terroristas
Los Mossos d’Esquadra, apoyándose en sus propias
investigaciones y en las de la Policía Nacional y el CNI, fueron quienes
reconstruyeron los movimientos de la célula yihadista después, y no antes, de
los atentados terroristas de la
Rambla de Barcelona y Cambrils del 17 de agosto del 2017,
según consta en la documentación de la causa judicial analizada y revisada por La Vanguardia. De esas
investigaciones y sus resultados, la policía catalana remitió una exhaustiva
descripción en numerosos informes enviados a la Audiencia Nacional ,
cuyo juzgado central número 4 instruye la causa, y de los que se muestran
algunas páginas en las imágenes que acompañan a esta información. Asimismo,
varias fuentes de diferentes cuerpos de seguridad que han participado en la
investigación aseguran que ni los servicios de inteligencia ni los policiales
tuvieron conocimiento de esos movimientos y actividades antes de los atentados,
en contra de lo especulado estos últimos días. Incluso un informe de los Mossos
resalta el “estudio retroactivo de llamadas”. Una conclusión contraria a la del
digital Público en el sentido de que los servicios secretos conocían esas
actividades de los terroristas antes de los atentados, porque tenían controlado
sus movimientos y, pese a ello, no actuaron.
La precisa reconstrucción de las actividades de los
yihadistas comenzó a gestarse inmediatamente después de los atentados. Para
ello, los Mossos utilizaron, primero, los teléfonos móviles incautados tras el
atentado, alguno de los cuales contenía una enorme cantidad de grabaciones de
conversaciones entre los terroristas efectuadas por ellos mismos, lo que permitió
reconstruir diálogos y discusiones sobre sus objetivos, pero que nunca
estuvieron pinchados antes de los atentados y cuya existencia no era conocida
antes del 17-A por la policía. Segundo, recuperaron los datos de los
desplazamientos de los terroristas registrados en las antenas móviles, los
peajes y cámaras de las autopistas y las tarjetas de crédito empleadas para
realizar pagos, así como en las cámaras de vídeo de comercios y bancos. Y
finalmente contaron con la colaboración de las autoridades francesas a través
de un llamado “equipo conjunto de investigación”, según los informes de los
Mossos, y también de comisiones rogatorias a Bélgica y Alemania .
Ese trabajo de los diferentes cuerpos policiales
encabezados por los Mossos d’Esquadra permitió reconstruir gran parte de los
movimientos de los terroristas, comenzando por los constantes desplazamientos
desde Ripoll, lugar habitual de residencia de la mayoría de ellos, a la casa de
Alcanar (Tarragona), donde fabricaron explosivos con el objetivo de causar una
masacre y que acabó saltando por los aires un día antes del sangriento ataque
de la Rambla. El
Centro Nacional de Inteligencia (CNI) también participó en la aportación de
datos que facilitó al equipo conjunto, sobre todo a la hora de reconstruir el
viaje a París realizado por dos de los autores de los atentados, Omar Hichamy y
Younes Abouyaaqoub. Fuentes de la investigación explican que esos datos fueron
obtenidos tras la masacre y también con la ayuda de los servicios franceses.
Pocos días después de los atentados, los Mossos ya
disponían de importantes rastros de las actividades previas de los terroristas,
desde los números de los teléfonos móviles y los propios aparatos, a recibos de
gastos, tickets de parking, paso por peajes o justificantes de movimientos
bancarios. De hecho, la policía española descubrió la existencia de ese viaje
–del 11 al 12 de agosto del 2017– cuando ya se habían producido los atentados
del 17 de agosto, gracias a los registros de pagos de la tarjeta Visa utilizada
por Hichamy y Abouyaaqoub, los dos terroristas que viajaron a París. La tarjeta
bancaria estaba asociada a una cuenta en CaixaBank, entidad a la que se le
requirió la documentación. Ese fue el punto de partida de la reconstrucción del
viaje a París.
Sólo días después del ataque, el 30 de agosto de 2017, la Comisaría General
de Información de la Policía
ya recogía en un informe la existencia de este viaje en un Audi A3, al que
identifican con la matrícula: “Se tuvo conocimiento del viaje en virtud de lo
dispuesto en el auto de la autoridad judicial competente, disponiendo que la
compañía Visa facilite los movimientos efectuados a través de la tarjeta
bancaria número (...)”. Con los datos aportados por la compañía se certificó
que el 11 de agosto habían realizado pagos por la autopista Autoroute Du Sud y
que al día siguiente habían aparcado en un parking de París, cuyo ticket
también fue localizado en un restaurante abandonado en Riudecanyes (Tarragona).
“El día 13 de agosto ambos sujetos serian localizados regresando a España”. La
información aportada por las autoridades francesas ayudó también a reconstruir
paso a paso dónde se alojaron en París e incluso comprobar que acudieron a un
FNAC a comprar una cámara de fotos que luego se encontraría en Alcanar.
En su viaje de vuelta el 13 de agosto, dejaron también
huella, entre otros lugares en la autopista catalana: “El A3 (matrícula
9676BHF) (…) a las 8.17 franquea el peaje de Martorell y circula por la
autopista hasta la salida del peaje de Amposta (Tarragona), siendo las 9.28. En
las imágenes (…) de la empresa concesionaria se vislumbra que el vehículo iba
ocupado por dos personas, acreditando con alta probabilidad que fueran Hichamy
y Abouyaaqoub, ya que el importe del peaje fue abonado con la tarjeta bancaria”
de este último.
Especial relevancia en la investigación tuvo el
descubrimiento de los audios de las aplicaciones WhatsApp y Call Recorder en
el teléfono móvil de Mohamed Hichamy, muerto en los atentados y considerado por
los investigadores uno de los coordinadores del comando. Su teléfono, marca
Sony Xperia Z5, apareció en un Audi A3, utilizado en el ataque de Cambrils.
Cuando los Mossos analizaron el contenido descubrieron que Hichamy guardaba una
gran cantidad de conversaciones de audio. Un resumen de las mismas se incluye
en el informe de los Mossos, de fecha 25 de octubre del 2018 (cuya portada
aparece en estas páginas), bajo el título “Informe cronológico de actividad de
los investigados”.
Para realizar este informe los Mossos tardaron un año. Con
todos los datos recabados de las distintas compañías, diseccionaron lo que
hicieron los principales responsables de los atentados, el imán de Ripoll
Abdelbaki Es Satty incluido, cada día desde el 24 de mayo del 2017 hasta el 21
de agosto, día que es abatido el último terrorista huido.
Los investigadores reconocen que del teléfono de Hichamy,
con las conversaciones guardadas, obtuvieron mucha información. “Es interesante
escuchar el contenido de alguna de estas llamadas, capturado en el teléfono de
Mohamed Hichamy. En este indicio se puede escuchar a Mohamed hablando con Omar
Hichamy a las 18.13 h, momento en que el primero le pregunta dónde está. Le
responde que se encuentra en Puigcerdà (Girona). En otra comunicación de las
19.14 h horas, Mohamed llama a Younes y le pregunta si todo está bien, tras lo
que se corta la llamada (...)”. Estas son algunas de las conversaciones aunque
hay muchas otras. Su contenido no lo sabían los investigadores porque tuvieran
intervenidos sus teléfonos previamente sino que están guardadas en el terminal
encontrado tras los atentados.
En un oficio remitido por los Mossos al juez el 20 de mayo
del 2019 sobre Hichamy recoge que de los datos encontrados en su teléfono
“resultó de interés la aplicación WhatsApp, donde se localizaron conversaciones
que mantuvo ya sea de forma escrita y/o mediante audios; y, por último, la
aplicación Call Recorder que registra y almacena todas las llamadas efectuadas
y recibidas por el terminal”.
Dos versiones de una grabación
El viaje realizado a Francia días antes de los atentados
por dos de sus autores logró ser reconstruido. Las cámaras de seguridad de los
peajes situaron de manera precisa el paso del coche Audi A3 tanto a la ida como
a la vuelta. Pudieron determinar que entraron en el hotel B&B de París a
las 20.55 horas del día 11 de agosto del 2017 o que una hora más tarde, a las
21.53 h salían por la puerta. Todos estos datos se obtuvieron gracias a la
cámaras y a la información del hotel y muchos otros establecimientos que
colaboraron con la investigación tras la masacre. En el informe, los Mossos
acompañan el detalle de los movimientos con las conversaciones encontradas en
el teléfono de otro terrorista, Mohamed Hichamy (el indicio YA2.2). De ahí se
pudo determinar que los dos terroristas que estaban en Francia mantuvieron
contactos con otros de ellos que conocían su estancia allí. Público atribuye el
conocimiento de esas conversaciones a que el CNI los estaban grabando en
directo y escuchando sus conversaciones. Las fuentes de La Vanguardia lo
descartan.
Opinión:
Demasiadas conjeturas que, para la inmensa mayoría de víctimas
con las que tenemos contacto desde UAVAT, exigen respuestas.
Espero que éstas respuestas lleguen pronto, a ser posible en
una Comisión de Investigación que, esta vez sí, se pueda llevar a cabo en el Congreso
de los Diputados.
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