03 mayo 2018
Un patético adiós
ETA se disuelve. Y lo hace
falseando la historia, sin pedir perdón a todas sus víctimas y avisando que el
conflicto sigue
ETA se disuelve. La banda todavía no ha hecho pública su
comunicación final. Está previsto que se conozca con carácter previo a la
inservible conferencia de mañana en la localidad vascofrancesa de Cambo. Puede
que esta misma tarde noche. Pero ayer se filtró el escrito que remitió hace
unos días a diversos agentes sociales, políticos y económicos para comunicarles
formalmente su adiós, tal vez en un intento por engordar la discreta nómina de
asistentes a la conferencia espectáculo de mañana.
Un adiós gélido. Desde luego sin la alegría que despertó la
renuncia definitiva a las armas que los terroristas dieron a conocer en 2011,
tres días después de la celebración de la Conferencia Internacional
de Aiete, en San Sebastián. Más aún, un adiós patético, según la segunda
acepción de esta palabra del Diccionario de la Lengua : 'Penoso,
lamentable, ridículo'.
Palabras duras y contundentes, sin duda, pero que creo
resumen cómo está siendo el final de una banda que durante más de medio siglo
intentó torcer la voluntad del Estado y, sobre todo, la de la mayoría de los
vascos mediante el miedo, el chantaje, la extorsión, la exclusión, la bomba y
el tiro en la nuca.
ETA, se ha repetido y deberá reiterarse las veces que sea
necesario para evitar la manipulación de la historia, se va sin haber logrado
ni uno solo de sus objetivos. Desaparece derrotada por la democracia. Y ni
siquiera fruto de la autocrítica, sino empujada por quienes durante décadas han
sido su sostén político, temerosos de verse apeados de las instituciones, de la
vida pública por largos años.
En estas condiciones no cabía prever de los terroristas ni
generosidad ni valentía en la hora final. No la hubo en el comunicado sobre 'el
daño causado' en el que la banda, cruel hasta el final, pese a ir más allá de
lo que jamás había ido, hacía una repugnante categorización de las víctimas. No
la hay en la comunicación que se filtró ayer, supongo que para no permitir a
ETA marcar los tiempos de su adiós. Y me atrevo a presumir que tampoco la habrá
en su vídeo final.
Se espera de quienes nos dedicamos a estos menesteres del
análisis y la opinión que desmenucemos comunicados como el de ayer. La verdad
es que poco cabe añadir sobre su contenido si no es el patetismo que, como
decía al principio, destila.
La banda terrorista insiste en reivindicar no se sabe qué
'función' histórica. Tiene la poca vergüenza de hablar de su 'honestidad'.
Pretende la humorada, ciertamente sin gracia, de que en el desarme de hace un
año en Bayona la organización 'le dio al pueblo sus armas'. Y comete un curioso
desliz al afirmar que 'ETA se formó del pueblo y al pueblo vuelve', admitiendo
de forma implícita que hace decenios que se desconectó de la inmensa mayoría de
los vascos, si es que alguna vez conectó con ellos, que no creo.
No podía faltar en el agur la teoría del 'conflicto'. Ese
supuesto conflicto con España al que se ha agarrado para asesinar. Ese
conflicto que, dice, no ha acabado. Y tiene el tupé de emplazar a partidos y
estados a no repetir los errores del pasado e impedir que los problemas se
'pudran'. Hacerlo, advierte, podría ser 'fuente de nuevos problemas'.
ETA se va con patetismo, buscando la absolución de la
historia o, al menos, una cierta comprensión. Con el tiempo llegará el olvido.
Lo que jamás deben llegar son ni la comprensión ni la absolución.
Opinión:
Calificar de patético o de gélido un acto en el que una banda
terrorista decide disolverse y definitivamente dejar de destrozar más familias no
creo que sea lo más adecuado, porque a mí, como victima, me es indiferente cómo
lo hagan si el final es el deseado: que nadie mas sufra mas dolor por culpa de
esta banda asesina.
Es evidente que no esperaba que lo hicieran bailando, cantando y
bebiendo como si se tratara de una fiesta popular. Pero también es evidente que
me queda la tranquilidad de que lo hayan hecho ahora y no, por ejemplo, dentro
unos años… la incertidumbre de no saber cuando lo harían sería eterna y siempre
aparecería quien se quejaría con la frase “¿por qué no lo hacen ya?” o alguna
frase parecida.
Y seguramente serían los mismos que ahora se quejan de cómo lo han
hecho. Hay ocasiones en las que me planteo si quien habla sabe o conoce
realmente lo que es sufrir un atentado terrorista o les puede mas el imponer su
propio interés y su propia ideología incluso por encima del bienestar del resto
de la sociedad.
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