10 marzo 2015 (09.03.15)
La expansión
del yihadismo
Rafael Vilasanjuan
Lo que sabíamos hasta ahora de la guerrilla islámica
Boko Haram no era demasiado alentador. Sus atrocidades en Nigeria, secuestrado
niñas para utilizarlas como esclavas sexuales o convertirlas en mujeres
suicidas, como las que la semana pasada hicieron del mercado de la ciudad de
Miduguri una carnicería humana, no están lejos de las que el Estado Islámico
airea en las redes. Pero la declaración de alianza entre unos y otros es una
noticia aún mas inquietante.
¿Donde
están los limites del califato? ¿Dónde poner barreras a una amenaza cada vez
mas próxima? El Estado Islámico está de moda. No solo ha eclipsado a Al Qaeda
hasta el punto de que grupos radicales como Boko Haram, que tuvieron antes
relación con las redes de Osama bin Laden, ahora le declaran fidelidad, si no
que su expansión no cesa sin que hayamos encontrado la clave para hacerle
frente. Mientras mutilan estatuas milenarias, tratando de borrar la memoria que
recuerda que ya había dioses antes del islam, la incapacidad para hacerles
frente va en aumento, tal vez a la misma velocidad a la que el Estado Islámico
se va expandiendo por el mundo.
Explotar
la red
Hasta
ahora sabíamos de sus virtudes para explotar la red y reclutar en el corazón de
nuestras ciudades. La alianza con el movimiento Boko Haram, sin embargo, inicia
la expansión por franquicias en la construcción del califato global y abre la
puerta a dos interpretaciones. La primera es que la las milicias nigerianas,
tras seis años luchando para convertir el norte del país en una republica
islámica, necesitan refuerzos para anunciar que el infierno no va a terminar a pesar
de los avances del Ejército de Nigeria.
La
otra, sin duda más inquietante es que el terror yihadista, hasta ahora dividido
en dos grandes marcas, empieza a organizarse en torno un solo liderazgo. Sea
una u otra la interpretación correcta, la alianza entre terroristas de
ideología yihadista debería suponer también un esfuerzo similar y crear una
alianza global entre quienes quieren combatirlo, para empezar al menos a frenar
su expansión.
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