12 marzo 2015 (11.03.15)
No hubo
conflicto vasco, sino totalitarismo de ETA
El Gobierno de Euskadi recibe el informe que encargó
a un grupo de historiadores
Los historiadores se han hecho
cargo de la memoria sobre el terrorismo en el País Vasco (1968-2010), tras la
proliferación de aportaciones y testimonios de políticos y periodistas. Un
informe encargado hace un año por el Gobierno vasco a reconocidos historiadores
profesionales, vinculados a la
Universidad del País Vasco y pertenecientes al Instituto
Valentín de Foronda, acaba de ver la luz y arroja una conclusión: Euskadi no
fue víctima de un conflicto con el Estado sino de un intento de imposición de
un proyecto totalitario por parte de ETA.
Esta tesis central se desprende de la extensa
información aportada por los historiadores Raúl López Romo, Luis Castells,
Antonio Ribera y José Antonio Pérez, sostenida por abundante bibliografía,
fondos audiovisuales, una amplia base de datos y un informe de más de un
centenar de páginas.
Aunque los historiadores han primado con creces la
información sobre la opinión, su informe defiende esa tesis, de gran calado
político, que irrumpe, además, en pleno debate en la sociedad vasca de exigencia a la izquierda abertzale de que admita el daño injusto
causado por ETA y no se atrinchere en la tesis del “conflicto” para eludir su
responsabilidad en el pasado.
Coincide con la declaración institucional del
Gobierno vasco en el 15º aniversario del asesinato del exconsejero Fernando
Buesa, en la que exigió a la izquierda abertzale esa autocrítica y reconoció que el
Gobierno de Juan José Ibarretxe no estuvo a la altura. “No se puede pasar
página con el argumento de que hay que mirar para adelante. Antes de olvidar hay que aclarar el porquñe del terrorismo y su pretensión totalitaria, pensando en las futuras generaciones”, dice Castells.
Un primer dato relevante avala la tesis del proyecto
totalitario de ETA sobre la del conflicto. Durante la dictadura (1968-1975), la
etapa de carencia de todo tipo de libertades, el terrorismo asesinó tan solo al
5% de las víctimas mortales de toda su historia (1968-2010). El grueso de la
actividad terrorista se concentró en la Transición (1976-1981), con 336 personas
asesinadas (37%), y en la etapa de consolidación democrática (1982-1994), 435
personas asesinadas (46%). En la etapa final (1995-2010) descendió al 11% y a
98 personas asesinadas.
Fue en el breve periodo de la Transición en el que se
concentró el mayor porcentaje de muertes por año (56%), seguido de la etapa de
consolidación democrática (33%) y a mucha distancia de la etapa final (6%) y la
dictadura (5,6%). El año con mayor número de muertos fue 1980, con 118, 96 de
ellos por ETA y organizaciones afines (y 22 de grupos parapoliciales). Ese año
se constituyó el Parlamento vasco. Y el segundo año más cruento fue 1979, con
80 asesinatos de ETA. Ese año se refrendó el Estatuto de Gernika. Lo que
demuestra que ETA concentró su principal esfuerzo en tratar de desestabilizar
la democracia en España y la autonomía vasca.
Los historiadores precisan que de las 914 víctimas
del terrorismo en el periodo estudiado (1968-2010, que coincide con el primer y
último atentado de ETA), 845 personas, el 92% lo fueron por esta banda. Otras
62 personas (7%), fueron asesinadas por grupos parapoliciales o de extrema
derecha (BVE y GAL, principalmente) y 7 (1%) tienen un origen desconocido.
López Romo precisa: “Tras el final de la dictadura, el principal responsable del terrorismo es ETA, cuya
actuación ha configurado el marco del proceso histórico del terrorismo en
Euskadi. ETA marcó el principio y el final del terrorismo”.
Aclara, también, que, a diferencia de Irlanda del
Norte, “en el País Vasco no hubo dos bandas terroristas enfrentadas, con un
apoyo social similar. Aquí solo hubo una, ETA, que contó con un importante
apoyo en la calle. Los grupos parapoliciales no tenían apoyo social y su
actividad, igual de rechazable, fue mucho menor y efímera”. Lo avala el que el
76% de los asesinatos de ETA durante la Transición (1976-1981) y el 82% durante la etapa
de consolidación democrática (1982-1995) no generaron movilización social de
apoyo, lo que sí sucedía cuando los muertos eran etarras.
Los
historiadores constatan cómo la situación cambió a partir del asesinato de
Miguel Ángel Blanco, en 1997
Los historiadores constatan cómo la situación cambió
radicalmente a partir del asesinato del edil del PP Miguel Angel Blanco en 1977, con
la multitudinaria respuesta a la “estrategia del sufrimiento” de ETA. No
obstante, con el Pacto de Ajuria Enea de 1988 y la irrupción de Gesto por la Paz dos años antes se inició
una respuesta social sistemática y el rechazo a la tesis etarra del
“conflicto”. El Euskobarómetro, subraya el informe, marcó esta evolución. En la
izquierda abertzale el apoyo total a ETA pasó de un 20%,
en 1995, a
un 3% en 2007.
Lo mismo que los asesinatos, el mayor ritmo de
secuestros de ETA se produjo durante la Transición (1976-1981): 48 sobre 80. Le sigue el
periodo 1982-2010, con 28 y tan sólo 4 durante la dictadura. La conclusión del
estudio es que la mayoría de los secuestrados por razones ideológicas fueron asesinados, como los tres militantes de UCD en 1980, altos directivos de
Telefónica y de la Central
de Lemóniz. Sin embargo, la mayoría de los empresarios fueron liberados tras
pagar el rescate.
El informe aporta novedades en la investigación
sobre el terrorismo como el número de personas de las que ETA recabó datos para
actuar. Fueron 15.659 entre 1968 y 2001. Los colectivos más perseguidos, según
la investigación, fueron: políticos del PP (3.760); empresarios (1.843);
políticos del PSOE (1.060). En el apartado “otros” figuran jueces, policías, ertzainas, militares, abogados. Sin embargo, el
colectivo que sufrió mayor número de asesinatos de ETA y organizaciones afines
fue la Guardia Civil
(206), seguido de la
Policía Nacional (149). El tercero son las llamadas “víctimas
colaterales”: 116. Los políticos asesinados fueron 30 (PP y PSOE,
predominantemente) y 14 ertzainas. A su vez, los GAL y BVE asesinaron a
23 etarras. Otra novedad que aporta la investigación es el de heridos por
atentado terrorista: 2.533, tres por asesinato; 709 con gran invalidez o
permanente y 1.642 indemnizados. Resulta significativo, asimismo, cómo el
terrorismo supuso el 9% del gasto por siniestros del Consorcio de Compensación
de Seguros entre 1971 y 2001.
Opinión:
Para empezar, me alegra leer en boca de los especialistas en la materia la misma frase que unas pocas víctimas (también estudiosas de la
cuestión) llevamos diciendo hace muchos años. Lo de “conflicto vasco” no tiene
lógica alguna.... sino, si fuera un conflicto vasco... ¿para qué cometer
asesinatos fuera de Euskadi?
Podrá parecer que esta opinión es muy dura pero está
basada en hechos reales. Por la misma regla de tres también Terra Lliure podía
decir que tenía un conflicto catalán... pero jamás cometieron atentados, y
menos con víctimas, fuera de territorio catalán.
Y hablando del tema, ¿alguien se ha planteado que las víctimas que sufrimos los atentados de ETA fuera del País Vasco también tenemos mucho que decir, explicar y enseñar? Parece que los mismos que se quejan de la territorialidad del supuesto "conflicto" se olvidan, voluntariamente o no, del daño causado fuera de Euskadi.
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