23 marzo 2015
Margallo y
las víctimas
Albert Castillón
http://blogs.lavanguardia.com/el-dardo/margallo-y-las-victimas89234#.VQ6nq03D8nM.twitter
El Ministro de exteriores Garcia Margallo es la
antítesis de la simpatía. Sus ancestros militares laureados en grandes batallas
le dejaron una herencia genética que en ocasiones le hace confundir la realidad
y creer que esta hablando a un regimiento cuando se dirige a los periodistas.
Exabruptos, malos modos y cuanto menos falta de educación en un servidor
público acostumbrado a que le sirvan.
Tras los atentados de Túnez una
compañera le preguntó si sabía de qué puertos habían partido los cruceros con
españoles víctimas de los atentados y le soltó “No entiendo esta pregunta. Cómo
usted comprenderá eso no tiene ninguna importancia en este momento” o durante
esta semana cuando se afanaba el Ministro en relatar minuto a minuto cómo se
enteró de los acontecimientos, poniendo especial énfasis en las seis de la
tarde “Hasta las seis no tuve confirmación de que habían víctimas españolas”.
Lo hizo para justificar su presencia en la Plaza de Toros de Valencia cuatro horas después
de los atentados, y tres horas después de que todos los medios de comunicación
ya especularan acerca de la existencia de víctimas españolas en ellos. No tiene
justificación ninguna que Margallo estuviese en una fiesta taurina tras los
atentados de Túnez junto a su hija y su yerno, pero el periodista que se lo
pregunte estará marcado por el dedo acusador de este Ministro de exteriores al
que le pierden las formas.
Los compañeros de la prensa le
llaman “el gallo Margallo”, un hombre que empezó igual que Aznar como Inspector
fiscal, siguiendo el camino de su padre, y que a los 16 años ya formaba parte
de la
Juventudes Monárquicas Españolas. Se califica de derechas,
monárquico y católico, aunque se divorció y se caso en segundas nupcias con
Maribel, la hija de un cirujano de Cangas.
Lo peor es que mientras el
paternalismo del ministro arropa a las víctimas con buenas palabras, las
víctimas del atentado de Túnez serán estafadas en las indemnizaciones con el
beneplácito de todos los partidos, también el de García Margallo. El miércoles
18 de septiembre del 2013 se aprueba la ley de atención integral a las víctimas
del terrorismo y en base a ella la muerte por acto terrorista de un español
fuera de nuestro pais no vale ni la mitad que la de un español asesinado en
territorio nacional. Por absurdo que parezca la vida de una víctima del
terrorismo española se valora más, cuando la matan en casa. Consulto a Robert
Manrique, quizá quién más sabe en España acerca de derechos de las víctimas del
terrorismo y ex coordinador del servicio de información a las víctimas del
terrorismo de la
Generalitat (servicio clausurado sin sentido) y me confirma
que una víctima española en el extranjero cobra el 40% o 50% menos de
indemnización que una víctima española, dependiendo si trabajaba en el país del
atentado o estaba solo por turismo.
Por este motivo en el caso de las
víctimas de Túnez solo cobrarán el 40% de la indemnización que les corresponde
del Estado. Es del todo inconstitucional, injusto e indignante que se le quite
valor a una vida humana según el lugar donde sea asesinada.
Esa ley se redactó con el PSOE y se
aprobó con el PP y todos los que la votaron esperaban ayer los féretros de
Antoni y Dolors, el matrimonio de Camp de l´Arpa asesinado, para abrazar a sus
hijos y darles su apoyo. De palabra claro…
Opinión:
Sólo agradecer a Albert
Castilllón la confianza que me demuestra cuando hablamos para contrastar
cualquier información relacionada con terrorismo y/o con la asistencia a las
víctimas. Como comentaba esta mañana con otros medios durante el funeral por el
matrimonio asesinado en Túnez, es imprescindible huir de la información
reiterada porque cada atentado, cada víctima, es una situación irrepetible y,
por esta razón, no vale “repicar” lo que se hubiera publicado a causa de otro
atentado anterior.
La temática indemnizatoria es muy
cruda, muy cruel y muy dura de tramitar. Los trámites burocráticos son lentos y
farragosos. Como ejemplo, explicar que el pasado viernes tuve que entregar
documentación en el registro correspondiente de una víctima del atentado en
Hipercor en 1987 y el pasado lunes de una víctima del atentado contra la
revista “El Papus”, perpetrado en 1977. Para el viernes tengo otra reunión para
gestionar documentación de un atentado ocurrido en 2007.
Y puedo asegurar que después de
27 años soportando estas circunstancias, tramitando más de 550 expedientes
distintos, no me acostumbro todavía a tanta buRRocracia administrativa.
Y en la mesa hay mas de 50
expedientes esperando turno porque a nadie más parece importarle hacer esta
labor….
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