27 marzo 2015
Se busca al fiscal Robin español
Enric Hernández. Director
Con la tragedia aérea de los
Alpes, Francia ha
dado al mundo una verdadera lección de transparencia en la gestión de crisis François Hollande, tan cuestionado en el país vecino,
compareció en público poco después del siniestro para manifestar su consternación por
la catástrofe y su solidaridad con las víctimas, informar con rigor de los
escasos datos contrastados a aquellas horas y preparar el terreno para el peor
de los escenarios: "No se esperan
supervivientes." Durante toda la jornada del martes fluyó
la información por boca del titular de Interior y del primer ministro, Manuel Valls, cuya enigmática cautela al no descartar
ninguna hipótesis, tampoco la terrorista,
se entiende mejor a la luz de las revelaciones de la caja negra del Airbus 320 de
Germanwings.
Pero lo que asombró al mundo
entero fue la claridad expositiva y la honestidad intelectual exhibidas este
jueves por Brice Robin, fiscal de Marsella y máximo responsable de la
investigación. Robin fue
el encargado de desvelar, primero a los familiares de las víctimas y luego
al mundo entero, la escalofriante causa del siniestro: el copiloto, Andreas G. Lubitz, se encerró en la cabina aprovechando una
salida del comandante e inició la operación de pérdida de altura hasta
estrellar el avión contra las rocas alpinas. Ni fallo
mecánico, ni atentado, ni error humano: matanza deliberada.
¿Separación de poderes?
La comparecencia del fiscal, que en Francia ejerce
el papel de instructor reservado en España a los jueces, nos sorprendió aún más
por la tradicional opacidad de la justicia española. En estos lares los jueces
instructores apenas hablan; dictan autos o filtran intenciones. Y de las
detenciones que ordena la justicia y ejecuta la policía no informan sus
señorías, sino el Gobierno. Huelga decir que el padre del ilustrado principio
de la separación de poderes,
el barón de Montesquieu, era francés, no español.
No, aquí somos más de la
confusión entre poderes e intereses --véase Acebes y sus «dos líneas de investigación» del
11-M--, de atar
corto a los fiscales y de desplazar a los jueces que hurgan donde no debieran.
¿Existirá un fiscal Robin español?
Opinión:
Absolutamente de acuerdo con el
articulo del amigo Enric Hernandez. En muchos representantes de diversos
colectivos se echa en falta algo tan humano y elemental como la empatía...
También en el colectivo judicial
he vivido situaciones traumáticas, del mismo modo que me he encontrado con
excelentes personas. Por ello creo que lo de la separación de poderes en
algunas ocasiones depende de las presiones que lleguen desde arriba.
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