17 marzo 2015
En la calle
ante la “perplejidad” del Gobierno
El etarra arrepentido Lasarte
recupera la libertad tras cumplir 19 años por 7 asesinatos
Valentín Lasarte, condenado a casi 400 años de
cárcel por el asesinato de siete personas, dijo ayer adiós a la prisión alavesa
de Zaballa a falta de 10 días para cumplir 19 años entre rejas, beneficiado por
el fallo europeo contra la aplicación retroactiva de la doctrina Parot.
Lasarte, conocido por atentados como los que
quitaron la vida al dirigente del PP Gregorio Ordóñez y al socialista Fernando
Múgica, no regresa a la sociedad reivindicando su pasado. Se ha mostrado
arrepentido y ha pedido perdón a las víctimas; es uno de los traidores para el
mundo de ETA. Pero su excarcelación, apenas dos décadas después de los
asesinatos que cometió en los años 90, ha incomodado al Gobierno, que ayer mostró
su “perplejidad”, en palabras del ministro de Justicia, Rafael Catalá, y ha
enfadado a algunas de sus víctimas, como Rubén Múgica y Consuelo Ordóñez, que
dudan de que su arrepentimiento sea sincero cuando no ha ayudado a esclarecer
crímenes sin resolver.
Lasarte, que regresa a su casa con su compañera y
una niña de tres o cuatro años, está “tranquilo”, según una fuente de su
entorno, y se prepara ahora para hacerse a la vida en libertad, intentando
pasar desapercibido. Integrante del comando Donosti, ha sido uno de los rostros
de la vía Nanclares que puso en marcha el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero
con el de Patxi López y que supuso el acercamiento al País Vasco y sus
alrededores de al menos una treintena de internos que se mostraban
arrepentidos, con el objetivo de romper el colectivo de presos sujetos a la
doctrina de ETA (EPPK) y favorecer el discurso deslegitimador del terrorismo.
Lasarte se empezó a distanciar de la banda a finales
de 2008, fue expulsado del colectivo, empezó a pagar pequeñas cantidades de
dinero para afrontar su responsabilidad civil y se reunió con víctimas, como la
propia Consuelo Ordóñez. En un juicio en la Audiencia Nacional
que tuvo lugar en 2011, reconoció que participó en el asesinato en 1994 del
policía Alfonso Morcillo y pidió disculpas a las víctimas de ETA. Sin embargo,
no quiso identificar a los otros miembros de su comando.
Es lo que le revuelve a la hermana del dirigente
popular Gregorio Ordóñez, que opinó ayer que su excarcelación es “injusta”
porque Lasarte nunca ha querido colaborar con la Justicia en el sentido de
aclarar atentados en los que, o bien no hay sentencia condenatoria, o bien no
se ha señalado a los autores materiales. En su propio caso, la familia no sabe
aún quién dio la orden para matarlo ni quién le disparó. Ordóñez habló de “negligencias
intencionadas” que dejan a las víctimas en una “indefensión total”. “No puede
ser que en este país sea lo mismo matar a uno que a mil”, asegura la también
presidenta de la asociación mayoritaria de víctimas en el País Vasco, Covite.
Otra de sus víctimas, Rubén Múgica, afirmó que “el
arrepentimiento del que algunos [terroristas] hacen gala no es sino el medio
con el que intentar burlar la ley para conseguir beneficios penitenciarios y
acelerar su excarcelación”.
El ministro de Justicia acogió la noticia, prevista
desde la semana pasada, con la “perplejidad” del “conjunto de los ciudadanos de
bien”. Catalá cuestionó la respuesta del Estado de Derecho ante los criminales
que “pueden salir en unos pocos años sin que conste arrepentimiento” ni se haya
“acreditado la rehabilitación” –aunque la Audiencia Nacional
sí lo ha hecho–, y defendió la reforma del Código Penal para evitar este tipo
de penas “tibias”.
El titular de Interior, Jorge Fernández Díaz, mostró
su respeto hacia la separación de poderes, pero lamentó que la derogación de la
doctrina Parot acarree decisiones como ésta. Y el diputado general de Álava, el
popular Javier de Andrés, dijo que a muchos terroristas “sus crímenes les han
salido gratis”. A su juicio, Lasarte “no ha pagado por su responsabilidad”.
Sus crímenes
Siete asesinatos. Lasarte fue condenado por
participar en los años 90 en siete atentados mortales, en dos de ellos como
autor material y en cinco como cooperador necesario.
Las víctimas. Fueron Gregorio Ordóñez (PP), Fernando
Múgica (PSE), los empresarios José Manuel Olarte y José Antonio Santamaría, los
policías Enrique Nieto y Alfonso Morcillo y el militar Mariano de Juan
Santamaría.
Opinión:
Con toda sinceridad, no entiendo la “perplejidad”
del Gobierno ante esta puesta en libertad. Yo dejé de estar perplejo en 1989
cuando me explicaron la primera sentencia del atentado en Hipercor. Podría entender
más lógica la “indignación” ante lo que marca la legislación, que siempre puede
doler y de hecho duele pero debe ser también respetada. Al fin y al cabo, los
que se sienten “perplejos” son los que han hecho esas leyes… ¿o es que no saben
lo que aprueban en el Parlamento de Madrid, el único con competencias para
realizar tal labor? ¿Qué se ha hecho meintras tanto para acabar con tal
perplejidad?
Me cuesta creer que Consuelo Ordóñez descubra ahora
que en “las víctimas” existe una “indefensión total”... yo no me siento
indefenso en ningún momento, quizás porque llevo 28 años conociendo la
legislación y luché en 1994 para modificarla. Y que diga ahora que es lo mismo “matar
a uno o a mil “ me demuestra que no conoce que ya hace muchos años que la situación es esta...
siempre se ha dicho que en este país, el castigo por la segunda víctima le sale
gratis al delincuente.
Pero, en lugar de tanta queja ¿qué solución plantean
ante tal circunstancia?
No hay comentarios:
Publicar un comentario