22 junio 2017
(19.06.19)
Santa Coloma
reivindica la figura de Xavier Valls, asesinado en Hipercor hace 30 años
Santa Coloma homenajeó ayer a Xavier Valls, asesinado por ETA en el
atentado de Hipercor hace justo 30 años, junto a otras 20
personas: entre ellas Luisa
Ramírez y el matrimonio formado por Rafael Morales y Teresa Daza, también
colomenses.
Fue un acto sencillo en la plaza que Can
Mariner que lleva el nombre del popular arquitecto y principal impulsor del
Plan Popular, que contribuyó a transformar la ciudad y dotarla de escuelas y
ambulatorios. Allí estaban su esposa, María José Olivé y sus dos hijos, Xavi y
Jordi. Este último habló del padre que le robaron y sus amigos, de la pérdida
de uno de los hombres más importantes de la historia moderna de Santa Coloma.
La frase es de Jaume P. Sayrach, amigo del alma, pero también ensalzaron su
figura los periodistas Eugeni Madueño, ex director de la revista Grama, y Odei
A.-Etxearte, la redactora colomense del Punt Avui, que presentó el acto, que
organizó el Museu Torre Balldovina dentro del ciclo Converses al lloc. En la
frondosa plaza, diseñada por Valls, estaba también Joan C. Mas, amigo de
juventud en el Foc Nou, y Perico García, y Andreu Banús, y Chema Corral, y Eloy
Jurado, y Ferran Saro, y Salva Bolancer, y una cincuentena de colomenses más
que conocieron a Xavier Valls en aquellos años de plomo del franquismo y
trabajaron con él para sacar del pozo a Santa Coloma, entonces con mucho barro
y poca esperanza.
Los mayores hablaban en el centro de la
plaza y los niños jugaban a la pelota ante la vieja entrada de la masía del
siglo XVIII, salvada de la piqueta por el ayuntamiento democrático y hoy
convertida en centro cívico del barrio. Allí, a dos pasos de la redacción de la revista Grama, un
pisito de la calle Sant Benet, desde dónde unos jovencísimos periodistas sin título,
irradiaban las ideas de Valls entre la población, en palabras de una de sus
redactoras, Agustina Rico.
“Santa Coloma estaba herida de muerte”,
recordaba Ferran Saro. Pero las cosas comenzaron a cambiar en aquella
manifestación del Día de Reyes de 1976 para salvar los terrenos de Can Zam,
añadía Alfred Pastor. Y Para Salva Bolancer, la clave del éxito fue la
paciencia de Valls a la hora de escuchar a los vecinos, así como su
meticulosidad a la hora de plasmarlas en un plano. Però que nadie se crea que se hizo al tun tún,
nada de eso, precisaba Jaume P. Sayrach. Y el urbanista Jordi Borja recordaba
que la gente tenía razón y razones, y Valls las mejoró porque las cosas, además
de útiles, debían ser bonitas.
Fue un acto de recuerdo de la víctimas de Hipercor y una reivindicación
de Xavier Valls, un hombre con ética y principios, que ETA
arrebató a la familia colomense. Por eso Andreu Banús reclamó a las autoridades
locales una mayor difusión de la figura del arquitecto que sentó las bases para
transformar Santa Coloma.
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