22 junio 2017
El patinazo de
Puigdemont
Del terrorismo, como del cerdo, se
aprovecha todo: el dolor de las víctimas, los éxitos policiales, la unidad de
los partidos políticos, el arrojo de los jueces, la guerra sucia del Estado.
Todo es susceptible de entrar en el túrmix del debate público cuando el
análisis de la barbarie se hace desde una posición partidista. El 'president'
de la Generalitat
no se ha librado de una tentación generalmente atribuida al PP, al PSOE, al PNV
y a Batasuna/Bildu.
Carles Puigdemont no tuvo su mejor día el lunes
cuando mezcló la perseverancia de "tantas personas, algunas de ellas
anónimas", en la lucha contra ETA con la del "pueblo de Catalunya" en
pos de la independencia. Lo hizo en el 30º aniversario del atentado de Hipercor
y en plena recta final del pulso soberanista para organizar el referéndum del 1
de octubre. Los guionistas del Palau se pasaron esta vez de frenada en sus
furores épicos. La comparación estaba muy traída por los pelos y la ocasión no
era la más adecuada, pues se vinculaba el dolor generalizado por la matanza de
aquel 19 de junio de 1987 con un proceso político que divide prácticamente por
la mitad a la sociedad catalana.
Los estrategas posconvergentes debían de contar con que las
reacciones del Gobierno central y del PP serían tan airadas que se
convertirían, de rebote, en un éxito del 'president'. Y algunos portavoces
populares volvieron a exagerar, pero no tanto como para eclipsar el patinazo de Puigdemont.
Lo sorprendente es que nadie haya sacado punta al término
de resistencia frente al terrorismo. Efectivamente, como dijo el 'president',
muchas personas (empezando por miles de vascos) dieron testimonio de resistencia
ante la lacra terrorista. Pero también lo dio el Estado, el mismo que ahora se
siente desafiado por el soberanismo catalán.
Maquinaria implacable
Hubo ruido de sables y sangrienta guerra sucia. Hubo
excesos en comisarías y algunas leyes antiterroristas injustas. Pero lo cierto
es que el Estado se comportó como una maquinaria implacable ante quienes
reivindicaban con métodos violentos –algo que ni por asomo ocurre en Catalunya–
el derecho de autoderminación.
Opinión:
Es muy cierto que las palabras del President de la Generalitat no son
acertadas porque la comparación utilizada tampoco lo es. Personalmente no
entiendo que se planteara ese comentario en un acto que debía servir para
homenajear a “LAS” víctimas del atentado en Hipercor (otra cosa distinta es el
número de víctimas del atentado presentes en el acto).
Por ello creo que el
President debería explicar qué quiso decir con la famosa frase… del mismo modo que el ministro debería
explicar la razón que le movió a hablar de la Transición y la Constitución en el
mismo acto.
Pero siendo sincero ¿qué se puede esperar que ocurra cuando
se juntan representantes políticos de diferentes gobiernos y se les da el uso
de la palabra? ¿Qué no hagan política?
Lo que no acierto a entender es que, salvando la
representatividad institucional y los cargos públicos, nadie haya tomado las
medidas pertinentes ante los ataques y el uso político que algunos hacen con “LAS”
víctimas del atentado en Hipercor. Por ejemplo, el periodista Alfonso Rojo…
No hay comentarios:
Publicar un comentario