18 agosto 2017
"Este dolor no cicatriza nunca"
El equipo de psicólogos que atiende a heridos y familiares
de las víctimas amplían sus efectivos
Las señales de un estrés postraumático pueden permanecer
hasta 25 años después
Hay abrazos, hay lágrimas, hay inquietud y hay mucho
dolor este viernes en el Hospital del Mar de
Barcelona, donde permanecen ingresados
18 de los heridos en el atentado de la Rambla. El personal sanitario, las familias de
otros pacientes hospitalizados y los mismos pacientes no tienen palabras para
explicar todo ese dolor. Los parientes y allegados de las víctimas prefieren
no hablar. Solo lloran y se abrazan.
"Es un dolor difícil de superar, un
dolor que nunca acaba de cicatrizar", advierte Jordi
Martori, el psicólogo que está coordinando el dispositivo de atención
psicosocial que Cruz Roja presta a heridos y familiares de las víctimas
mortales. "Tras el 'shock' postraumático que sufre en un primer momento
una persona afectada por un acontecimiento como este se inicia un proceso de
duelo que cuesta mucho de cerrar y que cualquier imagen o vivencia puede
volver a reactivar", señala Martori. Hay personas que siguen presentando señales de estrés postraumático hasta 25 años después de
haber sufrido el ataque, según un estudio del 2015 de la Asociación de
Víctimas del Terrorismo en España.
Los servicios de apoyo
psicológico a las víctimas del atentado se han extendido este viernes a las dos terminales del
aeropuerto de El Prat y al Centre d'Urgències i Emergències Socials del
Ayuntamiento de Barcelona, desde el que se atiende a las personas que han
empezado a identificar a los primeros cadáveres. "Es un servicio prestado
por voluntarios: psicólogos, personal sanitario, asistentes sociales y
socorristas de primeros auxilios psicológicos", detalla el coordinador del
equipo. Atienden tanto a víctimas directas del siniestro (heridos) como a
familiares recién llegados a Barcelona y a personas que fueron testigo de
lo que ocurrió.
Hasta quienes lo vieron por la tele
"En situaciones como esta, todos
sufrimos un cierto impacto psicológico, incluso las personas
que lo vieron por televisión y ahora tienen miedo a que ocurran más atentados.
Cada cuál necesita un tiempo distinto", señala el psicólogo.
El atentado del 11-M en Madrid, por ejemplo, puso de
manifiesto que un 47% de los habitantes de Madrid sufrieron algún episodio de
estrés o afectaciones en el sueño tras aquella masacre. "La magnitud
de la reacción postraumática depende de la
proximidad física, cultural o temporal que haya respecto a los
hechos", subraya en este sentido Francesc Núñez,
sociólogo e investigador de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC).
Martori, que también trabajó con las familias
afectadas por la tragedia de Germanwings en el 2015, tiene claro
que el primer contacto con los parientes de los fallecidos es
determinante. Es importante que tengan un punto de referencia desde el mismo
momento en que llegan a Barcelona a recoger el cuerpo de la persona querida.
"Les acompañamos desde el momento en que aterrizan, y aunque no podemos
facilitarles información, les explicamos cuáles van a ser sus próximos pasos en
la ciudad: si van a ir al hospital o al instituto anatómico-forense, dónde se
van a alojar. A poder ser, se lo explicamos en su propio idioma y eso
también les reconforta" , señala el psicólogo.
Muchos niños entre los heridos
Entre los hospitalizados, "hay mucha
gente joven y muchos niños", explicaba este viernes el
cardenal arzobispo de Barcelona, Juan José Omella, tras una visita a las
víctimas. Hay también un grupo de adolescentes alemanes. "Casi todos los
heridos están relacionados o emparentados entre sí, porque eran grupos de
jóvenes turistas o familias de vacaciones", detalla Sebastià Taltavull, el
obispo auxiliar.
En el del Mar está, por ejemplo, la familia de Rubí (Vallès
Occidental) a la que el jueves la furgoneta blanca presuntamente conducida por
Moussa Oukabir arrancó a un niño de tres años y a su padre. Otras tres personas
del mismo grupo familiar, entre ellas la madre del pequeño muerto, están
también hospitalizadas. "Tener una buena red familiar es
importante, desde luego, pero cada persona los asume de una
manera distinta: hay quienes se muestran muy enteros al principio y luego se
derrumban y viceversa", constata el coordinador del equipo psicológico de la Cruz Roja.
Opinión:
Primero, dejar claro que el primer estudio pormenorizado sobre la
asistencia a las víctimas del terrorismo se realizó por la antigua AVT hace mas
de 20 años… ese estudio fue pionero y fue la base para muchos otros que se han
realizado después.
Por otro lado, decir que hay familiares de víctimas de atentados
terroristas que muestran secuelas psicológicas reales hasta pasados mas de 25
años… la lista sería demasiado larga para detallarla. Otra cosa sería algunos
personajes que han intentado (e incluso conseguido) engañar a la administración
aportando secuelas pasados 20 años de “su” atentado, basnado su engaño en la
información que víctimas reales les han ido explicando en alguna que otra
excursión, cena o reunión informativa… pero ello no debería servir, como ya me
dijo una representante de la
Oficina de Atención a Víctimas del Terrorismo en 2007 para
denegar el reconocimiento a algunas víctimas “porque si hacemos eso saldrán víctimas
de debajo de las piedras”…
En cuanto a la frase “hasta quienes lo vieron por la tele”… que nadie se lleve a engaño… si
no se esta presente en el lugar de los hechos y las secuelas no aparecen en el
transcurso del primer año tras el atentado, el Ministerio de Interior no hará
nada por reconocer el daño sufrido. Hay que tener la información completa y la
experiencia de llevar decenas de casos para poder explicarlo…
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