25 agosto 2017
Abdelbaki es Satty estaba vinculado con dos organizaciones
terroristas integradas en la red de Al Qaeda, Ansar Al Islam y el Grupo
Islámico Combatiente Marroquí
Hace al menos 12 años que el cerebro de los
atentados de Barcelona y Cambrils trabajaba
en España con el objetivo de matar occidentales. En el año 2005, agentes de la Comisaría General
de Información de la
Policía Nacional pidieron autorización al juez Fernando
Grande-Marlaska -actual presidente de la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional-
para intervenir su
teléfono.
El magistrado autorizó la
intervención telefónica en un auto dictado el 19 de octubre de 2005 con este
razonamiento jurídico: «La proporcionalidad, necesidad e idoneidad en la
observación del teléfono 678... utilizado por Abdelbaki es Satty se infiere de
la gravedad de los
hechos objeto de imputación, así como las sospechas fundadas
sobre su vinculación al Grupo Terrorista Ansar Al Islam».
Fernando Grande-Marlaska añadía que Es Satty «puede
actuar como intermediario a la hora de dar apoyo logístico para las redes terroristas, al mantener
contactos con ciudadanos árabes que se dedican a la falsificación de
documentación en el ámbito de la delincuencia común, con
el objetivo de dar cobertura a la salida de elementos terroristas por
territorio español y europeo».
Apoyo
logístico
Es decir, Abdelbaki es Satty era un
importante peón del área logística de los citados grupos terroristas. Doce años
después consiguió, por desgracia, liderar su propia célula, la de
Ripoll.
Esta investigación se derivó de las
pesquisas abiertas a raíz de los atentados cometidos en la
Casa de España en Casablanca (Marruecos)
el 16 de mayo de 2003, a
cargo del Grupo Islámico Combatiente Marroquí (hubo 45 muertos). La Policía comenzó a seguir a
Hassan Mourdoude y a Ahmed Said Hsissni, que vinieron a España desde Siria, donde habían sido
detenidos. Aquí se asociaron con Abdeladim Akoudad, que estaba integrado en los
grupos terroristas norteafricanos. Siguiendo a estos presuntos terroristas fue
como los agentes de la Policía
se toparon con Abdelbaki es Satty, encargado entonces de darles cobertura.
Esta causa, denominada operación
Camaleón, fue incoada por el juez Baltasar Garzón el 14 de febrero de 2005,
pero el titular del Juzgado Central de Instrucción número cinco disfrutó de una
excedencia y sus sumarios quedaron a cargo de Grande-Marlaska, hasta su
reincorporación, el 30 de junio de 2006. A esta investigación se unió la operación
Chacal, investigada por la
Guardia Civil , en la que también apareció el nombre de
Abdelbaki es Satty. Esto se debe a que el radical que luego sería imán de
Ripoll continuó su trayectoria criminal integrándose en la célula presuntamente
terrorista deVilanova
i la Geltrú.
El líder de este grupo era el gerente de una
mezquita de la localidad barcelonesa, el marroquí Mohammed Mrabet.
Según las investigaciones de la lucha antiterrorista, Es Satty fue uno de los
discípulos a los que Mrabet adoctrinó.
Pese a los esfuerzos de los
agentes, el juez y la
Fiscalía no pudieron procesar a Abdelbaki es Satty. El 23 de
octubre de 2007, Baltasar Garzón dictó auto de procesamiento contra 22
imputados, entre ellos Mrabet, de los que finalmente fueron juzgados solo
nueve. En enero de 2009 la Audiencia
Nacional absolvió a cuatro
acusados y condenó a los otros cinco, entre ellos el
adoctrinador de Es Satty, que, como desveló ABC, tuvo como abogado al actual
cuarto teniente de alcalde del Ayuntamiento de Barcelona, Jaume Asens.
Al final, no solo no se procesó al
autor intelectual de los atentados de Barcelona y Cambrils, sino que todos los
condenados terminaron libres. Las defensas recurrieron y lograron que el
Tribunal Supremo anulara toda la causa en 2011. El alto tribunal
recogió que hubo pinchazos telefónicos sin autorización judicial y que algunas
declaraciones se obtuvieron «bajo presión». Tildó las acusaciones de «vagas,
imprecisas y notoriamente especulativas».
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