23
agosto 2017 (15.03.04)
Recordatori
entrevista amb Sara Bosch
http://www.sara-bosch.es/resources/la+contra.pdf
15
marzo 2004
“Para las víctimas, lo peor viene ahora”
Tengo
36 años y nací en Barcelona.
Soy
psicóloga clínica, y desde hace 12 años asisto a víctimas de actos terroristas,
en especial lasvíctimas de Hipercor. Tengo pareja y un hijo, Pol (4). ¿Política?
Que se hagan bien las cosas y para bien. Creo en la capacidad del cerebro para
creer. El tiempo no lo cura todo si no hay ayuda psicológica
“Para las víctimas, lo peor viene ahora”
¿Quién es víctima del terrorismo?
Los
familiares de los muertos en un atentado. Los heridos y sus familiares. Y los
que han vivido el atentado y han visto a muertos y heridos.
¿Aunque ellos no estén heridos?
Aunque
no estén físicamente heridos. Haber visto los cadáveres, haber estado ayudando
a heridos... les pone en una situación de riesgo, de padecer un estrés postraumático.
Eso multiplica exponencialmente las
víctimas psicológicas de la masacre de Madrid...
Sí.
El 50% de los familiares de esos 200 muertos y de esos 1.400 heridos –además de
ellos mismos– sufrirá estrés postraumático.
¡Miles de personas, pues!
Sin
contar con los individuos de personalidad premórbida a los que pueda afectarles
el bombardeo de imágenes televisivas.
¿Qué le dice a una madre a la que
acaban de matarle a un hijo en la masacre?
Si
necesita que yo llore con ella, lloro con ella; si necesita apartarse con los
suyos, pro-curo que pueda hacerlo... La clave es que pueda expresarlo que piensa
y lo que siente.
Si tengo un amigo que ha perdido a
alguien en el atentado,¿cómo puedo ayudarle?
Escúchele.
Que le hable, que le explique los hechos –lo que vio–, lo que pensó –y piensa –
y lo que sintió y siente. ¡Lo más útil para él es verbalizar todo eso! Al
verbalizar, está creando una película en la que codifica su dolor. Eso le
ayudará. Y llegará a reencontrar al ser querido y quererlo de otro modo.
¿Reencontrarlo?
Al
principio lo buscará fuera, lo buscará en las cosas: no toca su habitación, le
parece que va a entrar por la puerta... Yo les ayudo a saber buscarlo dentro de
sí mismos.
¿Cuánto tiempo necesita para
lograrlo?
Lo
normal es un año de duelo. Pero, por mi experiencia con las víctimas de Hipercor,
hay que vigilar lo que sucede en los años siguientes: si un trauma queda en estado
de latencia, puede brotar muchos años después...
¿Años?
Sí.
Es falso eso de que “el tiempo todo lo cura”: sólo será así si esos recuerdos
han pasado a la “memoria antigua” y no se han quedado en la “memoria
traumática”.
¿Qué diferencia hay entre ambas?
La
memoria antigua guarda el recuerdo de las vivencias..., pero puedes recordarlas
sin revivirlas, sin volver a experimentarlas.
Y con la memoria traumática ¿se
reviven?
Sí:
vuelves a vivir los hechos, las sensaciones, hay alteración emocional, hay
síntomas.
¿Qué síntomas denotan que se padece
un estrés postraumático?
Muy
diversos: rabia, silencios, tristeza, insomnio, anorexia, asco por los platos
con carne, vértigos, angustia, dolores de cabeza...
¿Cómo se puede superar ese estado?
Hay
que ayudar a la víctima a elaborar una película clara de hechos, pensamientos y
emociones. Así todo queda codificado ahí, y podremos pasar esa película a la
memoria antigua, despojada ya del dolor del trauma.
¿Cuánto tiempo es
necesario para ello?
Tras
el atentado, unos cuatro meses.
¿Ayuda la rutina diaria, el
trabajo?
Sí,
pero hay que vigilar que eso no enmascare un trauma latente. Brotará algún día.
¿En cualquier momento?
Una
víctima de Hipercor ha llevado años la mar de bien... hasta hace un año, en que
ha caído en picado: está reviviendo la imagen de su hijo muerto, y lo ve con la
cara sucia, y revive la visita al hospital... todo. Horrible.
¿Por qué ha tardado tanto en
brotar?
Pasó
un momento frágil, y una minucia inocua para otro ha sido para él un detonante:
y te aflora lo que no estaba bien asimilado. ¡Y piensas que estás volviéndote
loco!
Qué espanto...
Encima,
todos a tu alrededor te dicen eso de “¡lo que tienes que hacer es animarte y olvidar!”.
¡Y es al revés!: necesitas recordar, ordenar y codificar, para asimilar bien.
¿Cómo ve hoy a las víctimas de
Hipercor?
Unos
mejor que otros. Aún les asisto.
¿Cómo puede afectarles ver lo de
Madrid?
Les
hace revivir... Algunos no quieren ni mirar la tele ni ir a manifestaciones.
Otros, sí, y entonces son más activos que nadie. ¡Pero todos ellos saben bien
que lo peor para las víctimas viene ahora...!
No me diga eso...
Ellos
saben que al principio hay un acogimiento social, se ven arropados..., y que
luego todos nos olvidamos de ellos. Saben que si sufren bajones se les hará
sentir que “bastante suerte tienes con estar vivo...”.
¿Van a ser víctimas el resto de sus
vidas?
Tienden
a sentirse vulnerables, frágiles...pero yo les ayudo a sentirse héroes,
fuertes:“¡Tú sobreviviste!”, les digo: “¡No le des gusto al terrorista!”. Si
entran en ese rol, ¡saldrán más fuertes que antes del trauma!
La televisión muestra cadáveres:¿habría
que evitarlo, pensando en sus parientes?
Ver
a un familiar tuyo destrozado no te ayuda. Sí ayuda mostrar de él una imagen noble,
heroica, hermosa, y no esa sangrante y humillante. La prensa hace mucho bien
relatando sus vidas, junto a fotos dignas de ellos.
¿Qué le dice a alguien que tenga
que identificar el cadáver de un ser querido?
Si
quiere verlo y tocarlo por última vez, que lo haga. Si no siente fuerzas, no.
Buscare-mos otras vías para la identificación.
Saber quién puso las bombas, ¿es
útil psicológicamente para las víctimas o da igual?
Saberlo
es muy importante, porque les permite focalizarlo todo mejor, ayuda a codificar
y a asimilar más fácilmente el drama.
Y creer en Dios...¿ayuda?
Ayuda
creer: hay que alcanzar un significado, dar un sentido a lo sucedido. O creer que
hay cosas que jamás entenderemos.
Sara
Bosch asiste desde hace 12 años a las 400 familias agrupadas hoy en la Asociación Catalana
de Víctimas de Organizaciones Terroristas, entre las que se encuentran las
víctimas de Hipercor. Me explica que la primera reacción de una víctima (sea un
herido o un familiar) es cerrarlos ojos a lo sucedido, intentar olvidarlo,
negarse a aceptar que eso vaya a causarle secuelas psíquicas: “De entrada,
todos se resisten a recibir ayuda psicológica..., ¡pero la necesitan!”,
asegura. Sara Bosch me apunta también que los bomberos, enfermeros, guardias y
periodistas que han trabajado en contacto con la masacre deberían hablar con
psicólogos para asimilar bien lo vivido, o corren notable riesgo de sufrir estrés
postraumático: insomnio, ansiedad, pánico, vértigo, llanto, depresión…
Opinión:
Solo decir que ante las numerosas llamadas recibidas
para contactar con Sara he creído oportuno volver a publicar la entrevista que
Victor M. Amela le realizó para La Vanguardia en marzo de 2004, pocos días después de
los atentados en Madrid.
Además, he decidido publicar la entrevista porque
ahora ya no nos engañará nadie que, leyendo esta información y obteniendo datos
a través de la confianza de víctimas reales, han conseguido reconocimientos
como “víctimas” y las consiguientes indemnizaciones y pensiones fundadas en una
excelente actividad teatral.
A buen entendedor…
No hay comentarios:
Publicar un comentario