22 agosto 2017 (21.08.17)
Unidos en el dolor y juntos
en la respuesta
Prevenir,
combatir y erradicar el terrorismo yihadista debe ser la prioridad por encima de
las diferencias
La
luminosa Barcelona, la
acogedora, la vibrante; la protagonista de tantas historias de nuestra
literatura, de tantas obras de nuestro arte y de tantas páginas de nuestra
historia; la ciudad de Gaudí y de los mejores JJOO de la historia; la
"flor de las bellas ciudades del mundo "hoy se alza dolorida, pero
entera, después del brutak ataque del terrorismo yihadista del pasado jueves”.
Es
muy difícil encontrar palabras de consuelo para el dolor que sentimos, para
explicarse la falta de humanidad que retratan los atentados de Barcelona y
Cambrils. Hemos perdido muchas vidas inocentes con la crueldad que solo puede
incubar el fanatismo asesino y no es fácil encontrar algún alivio ante una
tragedia de semejante magnitud.
Al
mismo tiempo, en momentos tan duros, hemos vuelto a descubrir los gestos, las
actitudes y la templanza que retratan a una sociedad solidaria y madura.
Comportamientos cuyo coraje y humanidad nos reconfortan. Pienso en el civismo
ejemplar y en la viva solidaridad que –desde el primer instante– hemos visto
surgir, tanto en Barcelona como en Cambrils o entre los vecinos de Alcanar. Son
comportamientos, en muchas ocasiones heroicos, que han dado la vuelta al mundo,
igual que el grito unánime que, junto a don Felipe, el president Puigdemont y
la alcaldesa de Barcelona, pudimos oír todos juntos en la plaza de Catalunya:
“No tinc por, no tenim por”.
Dolor compartido
Junto
a ello, resulta no menos emocionante constatar la oleada de afecto que llega a
Catalunya y a España desde el último rincón del globo. Todos los españoles
compartimos hoy el mismo dolor de los catalanes, y agradecemos sinceramente la
misma solidaridad que nos llega de tantos países amigos, especialmente de
nuestros socios europeos. Porque cualquiera de nosotros sabe que Barcelona,
auténtica capital del Mediterráneo, es una de las ciudades más vitales y
abiertas de España y de Europa. Y si el fanatismo y el terror la escogieron
como objetivo de su locura irracional es porque el bullicio de sus calles y su
alegría encarnan todos los valores, derechos y libertades que el yihadismo
detesta.
Lugares
tan simbólicos como la Rambla
o el paseo marítimo de Cambrils, transitados por personas de las nacionalidades
más diversas, hablan del país tolerante, abierto y acogedor que somos y que,
pese a la barbarie de los terroristas, seguiremos siendo.
Quedan
aún incógnitas por despejar y quedan todavía, ante todo, criminales, que
detener y poner a disposición de la
Justicia para que sobre ellos recaiga todo el peso de la ley.
Sin duda pagarán por sus crímenes más pronto que tarde. Quiero reiterar mi
apoyo más firme tanto a los Mossos d'Esquadra, la Guardia Urbana , a
todas las policías locales, así como a la Guardia Civil y la Policía Nacional.
Los españoles les estamos agradecidos y somos conscientes de contar con unos
servicios de seguridad que están entre los mejores del mundo. De igual modo es
necesario reconocer el papel de todos los miembros del sistema de salud y de
Protección Civil en su fundamental labor de asistencia a los heridos. A ellos
quiero reiterar el apoyo y el reconocimiento del Gobierno.
Debemos
ser conscientes de la magnitud de la tarea que afrontamos. Antes de Barcelona y
Cambrils hemos sufrido atentadios en Madrid, en París, en Londres, en Bruselas,
en Niza y en muchos otros lugares. El terrorismo yihadista es la principal
preocupación de los ciudadanos europeos y, por tanto, prevenirlo, combatirlo y
erradicarlo, debe ser la prioridad absoluta de quienes tenemos el encargo de
los ciudadanos de gestionar los asuntos que a todos son comunes. Tengamos las
ideas que tengamos, votemos a quien votemos, y discrepemos en lo que
discrepemos, quienes creemos en la democracia y en las sociedades libres y
abiertas estamos llamados a permanecer unidos en la defensa del legado de la civilización
contra la barbarie de fanatismo, el odio y el terror. Este es el tema de
nuestro tiempo. Y estamos obligados a ganar esta batalla.
Valores y unidad
El
terrorismo que hoy afrontamos es de carácter global. Es una amenaza conjunta
que nos exige una respuesta conjunta. No existen ni la seguridad absoluta ni el
riesgo cero, como trágicamente hemos podido comprobar. Pero si queremos ser
verdaderamente eficaces contra el terrorismo, debemos estar unidos no solo en
el dolor sino, como hemos hecho estos días, también en la respuesta. Por ello
estoy convencido de que las distintas instituciones y fuerzas políticas
seguiremos estando a la altura de la responsabilidad a la que estamos
obligados. Estoy convencido de que veremos reforzados esos valores y esa unidad
en lo fundamental durante la reunión del Pacto Antiterrorista que esta mañana
se celebra en Madrid.
Nunca
olvidaremos a las víctimas de estos atentados ni el dolor que sentimos, pero
tampoco las escenas de solidaridad, de emoción y de grandeza que hemos vivido
estos días. Barcelona, Cambrils y toda España volverán a sonreír porque la
alegría y las ganas de celebrar la vida en plena libertad forman parte de la
identidad de Barcelona, Catalunya y de España. Recuperaremos nuestra vida, en
libertad y concordia, porque ese es el mejor homenaje que podemos hacer a
quienes hoy ya no están con nosotros.
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