jueves, 31 de agosto de 2017

31 agosto 2017 (6) elconfidencial.com

31 agosto 2017 


Como prevenir el terrorismo islamico
Javier Arnal

Hay un miedo lógico ante el terrorismo yihadista, pues otra cosa sería de autistas o locos. Yo no hubiera elegido como eslogan de la manifestación en Barcelona el “No tinc por”, aunque algunos argumenten que admitir el miedo es hacer el juego a los terroristas. ¡Cómo no va a haber miedo!
Los atentados terroristas del 17-A en Barcelona, y luego en Cambrils, han dejado 16 muertos y más de 100 heridos. Muchas cosas se han dicho y escrito desde entonces, pero el “No tinc por” es un deseo que tal vez busca amortiguar el temor, porque estos atentados terroristas islámicos logran una parte de lo que pretenden, que es el miedo.
El miedo es humano, no significa ser débil: puede paralizar, pero también puede impulsar reacciones que mitiguen o eliminen el miedo para evitar que se vuelva a producir algo similar. El miedo es patológico cuando no tiene base real, es un freno cuando es real, pero lo más temible es esconder o aparentar que no se tiene miedo.
Se ha repetido hasta la saciedad que no se puede garantizar una seguridad hasta el 100%. Desde luego, hay locos diseminados por todo el mundo – también en España – que integrados en Daesh se amparan en la islam para su violencia salvaje.
Estos atentados ponen de relieve que nadie puede sentirse seguro del todo, pero pienso que deben ponerse más medios en la prevención. Soy consciente de que es un complejo problema mundial, que hay decenas de miles de personas dedicadas profesionalmente a luchar contra este terrorismo, pero también es útil prestar atención a observadores, ciudadanos de a pie, para palpar el miedo y escuchar líneas de soluciones. Y brilla por encima de todas las soluciones la tarea de prevenir el terrorismo con mayor eficacia, tanto por parte de los gobiernos como de los propios ciudadanos, incluyendo y por supuesto a los musulmanes.
Por ejemplo, tras los atentados se informó que uno de los autores había exhibido armas en Facebook: era algo que se sabía, y hay instrumentos legales para impedirlo, pero nada se hizo.
Otro ejemplo es el de una comunidad musulmana, en una pequeña ciudad de una provincia mediterránea, que expulsó a su imán en 2016 por ser radical, pero esa persona se marchó a Madrid: si es “radical”, con la legalidad vigente se puede y debe sancionar y castigar, o expulsar del país, porque incitar al odio o la violencia no se puede permitir. Y permitiéndole ir a Madrid causa perplejidad.
Otro ejemplo es el número de mezquitas radicales que, según se ha afirmado, existen en Cataluña – 100 -, y la pregunta es la misma: ¿por qué se permiten?
Se permiten “radicalismos”, y se permiten precisamente por miedo, eso que se ha dicho en las manifestaciones que no tenemos. Hay miedo, hay complejos.
En España hay casi 2 millones de musulmanes. En la provincia de Castellón, a título de ejemplo, hay 49.000, es decir, uno de cada doce habitantes de la provincia. Pues bien: las 25 mezquitas de la provincia convocaron una manifestación de protesta por los atentados, el pasado sábado: sólo había un centenar. Esperaban más asistentes los convocantes, pero esa es la realidad.
Y también es real que han aumentado estos días insultos por la calle a musulmanes, miradas y actitudes de rechazo, y desde luego no se debe extender a toda la comunidad musulmana, pero ellos en primer lugar y nosotros hemos de intensificar la prevención.

Insisto: la prevención han de garantizarla en primer lugar los musulmanes, pero todos hemos de ser valientes para colaborar, porque existe miedo: negarlo es irreal, y da mayor “miedo” que lo nieguen algunos, porque sin decisión ni valentía crecen el miedo y los problemas.

No hay comentarios:

Publicar un comentario