06 julio 2017
«Las víctimas de ETA simbolizan
otra víctima del País Vasco: la democracia»
Fernando Savater analiza
«posverdades» del terrorismo en el encuentro ‘De Hipercor a Ermua’, una cita
para «salvaguardar el recuerdo de las víctimas»
Fernando Savater rompió ayer su retiro de la vida pública
para participar en el encuentro ‘De Hipercor a Ermua’, organizado por la Fundación Centro
Memorial de las Víctimas del Terrorismo y la Fundación Víctimas
del Terrorismo, y centrado en la violencia de ETA. El encuentro toma como
referencias temporales el atentado de 1987 en el centro comercial Hipercor, en
Barcelona, y el secuestro y asesinato del concejal Miguel Ángel Blanco,
ocurrido diez años después en Ermua. El director del Centro Memorial, Florencio
Domínguez, coordina este ciclo. Ayer, también lo inauguró acompañado por el
rector de la UIMP ,
César Nombela; la alcaldesa del Ayuntamiento de Santander, Gema Igual, y
Monserrat Torija, gerente de la
FVT.
En la apertura, Domínguez apeló a la necesidad de
«salvaguardar el recuerdo de las víctimas» de ETA, a las que colocó en el
centro del encuentro. La memoria, dijo, «es la garantía última de que la
sociedad española y sus instituciones no van a olvidar nunca a los que
perdieron la vida, fueron heridos física o psicológicamente, o vieron
sacrificada su libertad a consecuencia de este fanatismo». Para evitar que la
situación se repita, Domínguez recetó pedagogía: «La prevención del terrorismo
futuro pasa por asentar en la sociedad una deslegitimación clara de la
violencia pasada».
Por la tarde, Domínguez, la directora general de Apoyo a
las Víctimas de Terrorismo, Sonia Ramos, y de la diputada popular y presidenta
de la FVT , María
del Mar Blanco, inauguraron la exposición ‘De Hipercor a Ermua’, abierta hasta
el 4 de agosto en el Espacio Joven de la Cuesta del Hospital, en Santander. Incluye 27
fotografías proporcionadas por ‘El DiarioMontañés’, la Agencia Efe , ‘El
Correo’, o el fotoperiodista Fidel Raso.
Posterrorismo, posverdad
Savater protagonizó la primera conferencia del encuentro.
Habló sobre ‘posterrorismo y posverdades’. El filósofo observa que ahora
predominan las reinterpretaciones ‘cómodas’ de la acción terrorista de ETA;
reinterpretaciones, explicó, que se engarzan en el relato de los hechos, lo
llenan de «eufemismos», desvirtúan lo ocurrido en el País Vasco y en España, y
convierten a los terroristas en personas «que mataban en defensa propia y para
defender al País Vasco de sus invasores». Savater llamó a estas
reinterpretaciones «verdades de conveniencia; verdades que buscan congraciarse
con unos, con otros, con todos». Verdades, dijo, que acaban influyendo en el
relato de los acontecimientos.
El escritor expuso su visión sobre cómo la violencia ha
intervenido y distorsionado la vida política y la convivencia en el País Vasco
–campañas electorales bajo amenaza; «relegamiento» de los partidos
constitucionalistas–. Comenzó definiendo el objetivo de cualquier terrorismo:
«El terrorismo es una forma de domesticación social; emplea el terror para
domesticar a la sociedad». La violencia, insistió, lejos de ser inútil, «es un
instrumento muy persuasivo».
Aunque ETA ya no atente – y Savater celebra «que la firmeza
haya surtido efecto»–, dice que aún percibe los efectos de esa «domesticación».
Citó un ejemplo: la agresión a dos guardias civiles en Alsasua (Navarra), en
2016, un suceso que ahora juzga la Audiencia Nacional.
«No se puede consentir que digan quién puede vivir y quién no. Hay que impedir
que cosechen lo que sembraron». Lo que sembraron, dijo, fue división social a
través de la violencia. «La violencia es la que divide a la sociedad y crea dos
bloques».
Savater considera que el terrorismo ha intentado «destruir»
la democracia desde el inicio. «La
España democrática no tuvo una oportunidad en el País Vasco
gracias a ETA», y eso, insistió, a pesar de la ley de amnistía. Por esto, cree
que la izquierda abertzale «debería de condenar a ETA, no la violencia, sino a
ETA como organización contraria a la democracia, porque la primera víctima es
la democracia». Savater concluyó: «Las víctimas de ETA simbolizan otra víctima
en el País Vasco: la democracia».
Opinión:
Increíble… hay quien presenta exposiciones en memoria de las víctimas
desde Ermua hasta Hipercor mientras deniega una ayuda económica para conocer el
paradero y la actualidad de 280 víctimas en Cataluña, entre ellas varias del
atentado en Hipercor. Es alucinante que personas que no hacen nada por esas víctimas,
incluso denegando los reconocimientos de las secuelas psiquiátricas a los
padres de niños asesinados dediquen recursos a desplazarse a lugares donde
hacer una propaganda política con el dolor ajeno… o incluso muestren su beneplácito
en estos actos mientras deniegan reconocimientos como víctimas a fetos que no
llegaron a nacer por la muerte en atentado terrorista de la madre gestante…
El problema es que todavía habrán incautos que se creerán esas mentiras…
pero algunas víctimas, por libre y sin recursos públicos, seguimos y seguiremos
explicando estas realidades pese a las exposiciones que se realicen para dar la
palabra a gente que no han hecho nunca nada por las víctimas que realmente sufrimos
las consecuencias: las víctimas anónimas del terrorismo.
Y lo que estoy diciendo no es ninguna “posverdad”…. es, si se me
permite la expresión, la puta verdad… documentada y denunciada desde hace muchísimos
años… mal que le pese a algunos vividores del dolor ajeno
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