miércoles, 12 de julio de 2017

12 julio 2017 (4) 20 minutos (opinión)

12 julio 2017



Autoridades y zaragozanos recuerdan con un minuto de silencio a Miguel Ángel Blanco y víctimas del terrorismo

El alcalde de Zaragoza, Pedro Santisteve, ha presidido la concentración promovida por la Federación Española de Municipios y Provincias (FEMP) y en la que se ha guardado un minuto de silencio en memoria de Miguel Ángel Blanco y de todas las víctimas de la violencia terrorista, que ha concluido con aplausos de todos los asistentes.
Al acto se han sumado el delegado del Gobierno en Aragón, Gustavo Alcalde, el Justicia de Aragón, Fernando García Vicente, el presidente del PP-Zaragoza, Javier Campoy, representantes de todos los partidos políticos del consistorio -Zaragoza en Común, PP, PSOE, Ciudadanos y Chunta Aragonesista-, además de familiares de las víctimas del atentado del Hotel Corona de Aragón.
En declaraciones a los medios de comunicación, el presidente del PP-Zaragoza, Javier Campoy, ha indicado que el asesinato hace veinte años de Miguel Ángel Blanco "marcó un antes y un después en la lucha contra ETA, fue el acontecimiento que unió a millones de españoles en la lucha contra ETA" y en la determinación de acabar con la banda terrorista.
Por ello, ha emplazado a honrar la memoria del concejal de Ermua y también a "honrar y mantener el espíritu que nos unió a todos los españoles frente al terrorismo".
Campoy ha recordado que hace veinte años estuvo en la Plaza del Pilar manifestándose como muchos otros españoles. "Estuve pendiente de la televisión y de las noticias que nos contaban a cada minuto cómo se ejecutó a nuestro compañero y nuestro amigo, a un español" a manos de ETA.
En la concentración se han mostrado pancartas con la imagen de una mano blanca, muestra del rechazo a la violencia terrorista, y el rostro de Miguel Ángel Blanco y en las que se podía leer '20 años Miguel Ángel Blanco'.

Víctimas del Corona de Aragón

Asimismo, los familiares de las víctimas del incendio del Hotel Corona de Aragón han portado una placa en recuerdo a los 80 fallecidos y más de cien heridos que se registraron el 12 de julio de 1979. La placa mostraba el mensaje 'En recuerdo y en agradecimiento a cuantos, con su trabajo y esfuerzo, intentaron paliar los daños causados, como fueron los bomberos, personal de sanidad, donantes de sangre, sacerdotes o el propio personal que ayudó a evacuar el edificio y que en ocasiones cargó injustamente con la sospecha de negligencia", dado que durante años se mantuvo que los hechos había sido resultado de un incendio y fue en 2014 cuando el Ministerio del Interior reconoció a los fallecidos y heridos como víctimas del terrorismo.
El texto continuaba expresando también el agradecimiento a 'otras muchas personas anónimas de la ciudad de Zaragoza, como los que alojaron en sus casas a los familiares de las víctimas. También a quienes, como los peritos, abogados, investigadores y periodistas, no cejaron en intentar esclarecer el atentado".
Los familiares de las víctimas del Corona han asegurado que son "los grandes olvidados". La hija de uno de los fallecidos, Susana Sidera, ha expresado su tristeza en este acto. "Han pasado los años y cuando hay minutos de silencio se me caen las lágrimas y las piernas me tiemblan".
"Esto es muy duro, nadie te devuelve nunca a tu familiar", ha señalado, al reclamar "que haya justicia" con las víctimas del Corona de Aragón porque su padre, que se alojaba en el hotel, falleció y no recibieron "explicaciones y se han tapado muchas cosas". "Somos los grandes olvidados, hemos sobrevivido con un arrinconamiento tan duro y tan triste", ha lamentado.

Opinión:

Evidentemente, la parte de la noticia que más me interesa es la que hace referencia a las víctimas del Hotel “Corona de Aragón”. Conozco a algunas de ellas desde hace 28 años (a “Susana” por ejemplo, en realidad Gisela) y me consta el trabajo realizado pacientemente por Maria Gracia, Juan, Marta, Tere o Aurora…

Quince familias catalanas afectadas en aquel incendio y que mas de veinte después empezaron a ver que su trabajo no había sido baldío.

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