23 julio 2017
La sociedad
civil frente al terrorismo
En su estudio sobre los orígenes del totalitarismo.
Hannah Arendt observó que, bajo la amenaza de la violencia, la mayor parte de
los individuos escurren el bulto, se muestran sumisos ante quienes la ejercen y
tratan de pasar desapercibidos, dando así una apariencia de apoyo social a las
organizaciones o partidos que lo promueven. Sin embargo, añade Arendt, en ese
mismo marco siempre hay algunos individuos que no se doblegan y que toman sobre
sus hombros la penosa tarea de oponerse a los violentos. aun a riesgo de sus
propias vidas.
La filósofa alemana comenta también
que son estas personas las que. pese a todo, le hacen albergar alguna esperanza
sobre el porvenir de la humanidad.
He recordado ese pasaje muchas
veces en estas semanas en las que hemos conmemorado los acontecimientos de hace
dos décadas con respecto a ETA: la liberación de Ortega Lara. por una parte, y
el secuestro y asesinato de Miguel Ángel Blanco, por otra. De esos hechos y de
otros precedentes que no tuvieron tanto vuelo emergió eso que se denominó como
espíritu de Ermua y que fue la chispa que prendió, por una parte, el
reagrupamiento del nacionalismo en tomo al proyecto independentista con el
pacto de Lizarra y el ulterior Plan Ibarretxe, y por otra, el giro de la
política antiterrorista desde la doctrina del final negociado hacia la de la
derrota de ETA que se plasmaría en un Pacto por las Libertades de duración
limitada, pues Zapatero se encargó de torpedeado al acceder al gobierno-.
Tanto el independentismo como ETA fueron vencidos en
la década siguiente a aquellos hechos y en su abatimiento, tuvieron un papel
relevante unos cuantos individuos que no se doblegaron y que alcanzaron, con
mejoro peor fortuna. a movilizar a la sociedad civil para hacer visible su
descontento. Yo formé parte de aquello desde el Foro Ermua y la Fundación para la Libertad ; y cuan-do
repaso la nómina de los que, en uno u otro sitio, movimos el cotarro apenas
cuento unas decenas, tal vez un centenar, de nombres.
Casi todos ellos son completamente
anónimos y sólo unos pocos hemos llegado a ser públicamente conocidos, aunque
nuestro mérito no se distinga en nada del de los demás. Y anónimos fueron
también los que nos apoyaron con su presencia con su dinero en los múltiples
actos de protesta que organizamos. Ahora, según nos muestra un estudio
elaborado por el equipo del Euskobarómetro, sabemos que apenas un siete por
ciento de los vascos se movilizó intensamente contra ETA, lo que suma unas
125.000 personas. No está mal, esa es la sociedad civil que se hace a veces
visible y que alienta a la humanidad, pero no es la mayoría de la sociedad.
Hoy en día nos enfrentamos a un
nuevo avance del totalitarismo bajo la amenaza de la yihad terrorista. Pero ni
siquiera atisbamos la menor movilización frente a ella. Alguien tendrá que
recoger los rescoldos que otros dejamos apenas encendidos.
Opinión:
A veces leo artículos de algunos conocidos
especialistas hablando sobre multitud de temas. En este caso, el comportamiento
de la sociedad civil frente al terrorismo y el llamado “Espíritu de Ermua”.
Cuando leo estos artículos me pregunto donde estaban
estos especialistas cuando se hubiera podido iniciar un hipotético “Espíritu de
Hipercor” o “Espíritu de Zaragoza” o “Espíritu de…” que llevara el nombre de cualquier
atentado MASIVO perpetrado por la banda terrorista ETA incluso fuera del
territorio vasco…
Mientras como víctima del atentado en Hipercor me
involucré en ayudar a cualquier víctima de cualquier atentado de cualquier
banda terrorista, otros se dedicaron a involucrarse en la atmósfera de algunos
atentados concretos que, oh sorpresa, en algunos casos han llevado a
constituirse en partidos políticos, plataformas o colectivos diversos con
marcadas ideologías partidistas.
Y me lo sigo preguntando pero no encuentro respuesta
que me satisfaga, porque la que sospecho no me gusta lo mas mínimo. Y me consta
que estas reflexiones molestan a mucha gente pero, por el momento, la opinión
es libre aunque no agrade a ciertos personajes.
No hay comentarios:
Publicar un comentario