miércoles, 19 de julio de 2017

19 julio 2017 (21.06.17) (7) La Vanguardia (opinión)

19 julio 2017 (21.06.17)



Héroes y oportunismo

Sostiene el PP que es repugnante la frase que el president Puigdemont pronunció asociando la persistencia en la lucha contra ETA a la persistencia de los ideales catalanes (independentistas). La repugnancia es un término visceral. Políticamente, la frase es oportunista. El presidente cometió una falta clara de delicadeza para con las víctimas de Hipercor al establecer una analogía que no tenía justificación ni retórica ni política. A lo mejor el presidente, que es un político todavía no deformado por el cinismo, sabrá reparar este error moral: pedir excusas y retractarse de la comparación sería un gesto de coraje, puesto que aceptar los errores propios es mucho más difícil que enfrentarse a los rivales. Por otro lado, el político valiente es el que defiende a los débiles. Y la gente de Hipercor es muy débil. Durante décadas, han sobrevivido en tercera división. Nunca formaron parte de la épica catalana o del glamour barcelonés. Tampoco participaron del proceso de politización de las víctimas del terrorismo que, vitoreadas por la derecha mediática o directamente vinculadas al PP, reconvirtieron la batalla contra ETA en un instrumento capital de la batalla política por el poder en España.
En el 2004 escribí para El País una crónica del local en el que se reunían: unos bajos de un modesto edificio en el barrio de Vall d’Hebron. Un local angosto, pequeño, amueblado con mesas desiguales, archivos viejos y un entrañable tresillo que los propios asociados habían aportado. Las mesas estaban repletas de papeles con que los voluntarios intentaban gestionar, a menudo sin éxito, las ayudas que la ley preveía. Un panel casero con fotos de las víctimas era el único elemento decorativo. Una parte del archivo se guardaba en unos estantes del inodoro, de no más de un metro cuadrado, que mostraba en el inhóspito cemento de las paredes la pobreza de la asociación. Habían sido víctimas y volvían a serlo: el Ayuntamiento y la Generalitat los esquinaban porque no formaban parte de sus relatos respectivos; y la AVT los cuestionaba por su neutralidad ideológica y por la apertura a todo tipo de víctimas, que Robert Manrique y sus compañeros impulsaban de manera intuitiva y quijotesca, aunque ello dificultara la recepción de las ayudas previstas por la ley. Con el tiempo, las cosas se arreglaron algo, no mucho. Y cuando 30 años después del atentado que causó 21 muertos y 45 heridos, se encuentra la posibilidad de un reconocimiento de altura, la batalla política lo estropea de nuevo: el oportunismo de unos; la instrumentalización de otros.
Las víctimas de Hipercor son héroes. No por el atentado, pues no lo buscaron, sino por cómo han resistido todos estos años rodeados de indiferencia. No se han dejado manipular desde Madrid y han afrontado estoicamente nuestra indiferencia. Catalunya y Barcelona los han visto como Hussonet, compañero de Frédéric Moreau en La educación sentimental, de Flaubert, veía a los protagonistas del asalto al palacio de las Tullerías: “¡Los héroes no huelen bien!”. Todo lo que no alimenta la batalla política es una piedra en el zapato.

Opinión:

Quiero empezar agradeciendo a un gran amigo que me haya hecho llegar el presente artículo de Antoni Puigverd que, ante el aluvión de noticias de aquellos días, se me había escapado. Se publicó en La Vanguardia el pasado día 21 de junio.
Agradezco también a Antoni Puigverd que haya publicado un artículo recordando momentos muy complicados en los que junto a otros voluntarios pudimos reiniciar la marcha en 2004, tras tantos años trabajando junto a los compañeros de la ANTIGUA AVT, la que conocí desde 1989 hasta 2003.
Es triste decirlo pero el paso del tiempo ha demostrado que los que entonces estábamos seguimos estando, aunque sea repitiendo lo mismo que hacíamos en 1989 cuando empezamos: dedicar todo el tiempo libre y los recursos del propio bolsillo. De hecho, hoy mismo he hablado con tres de los compañeros de aquella antigua AVT para intentar encontrar solución a diferentes expedientes. Víctimas de atentados terroristas que nos transformamos en amigos y, con el paso de los años, en una familia que sigue colaborando en todo cuanto se precisa… sin importar ideologías ni fotografías ni palmaditas en la espalda.

De los que hace unos años se han subido a un carro en marcha a velocidad de crucero y han conseguido transformarlo en un carrito sin ruedas y a velocidad de caracol, prefiero no acordarme.

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