23 julio 2017
Entrevista a Mari Mar Blanco, Presidenta de la Fundación Víctimas
del Terrorismo
"Entrar
en un bar y oír hablar de política, en el País Vasco aún no pasa"
-¿Qué siente ante la
evidente división política en el 20 aniversario de la muerte de Miguel Ángel
Blanco?
-Duele. Muchísimos ciudadanos anónimos
manifestaron su posición en contra de que un ayuntamiento no quisiera dedicar
esos minutos para honrar la memoria de una víctima del terrorismo pero, sobre
todo, para recordar el gran legado que dejó el asesinato de mi hermano que fue
aquella unidad política y social, lo que se denominó el Espíritu de Ermua, que
daba comienzo al principio del fin de ETA.
-¿Qué queda de ese
Espíritu de Ermua?
-Creo que hay unidad social, unidad
social sí. Desgraciadamente de esa unidad política pues podríamos tener unas
charlas aparte.
-¿Le ha dolido
especialmente la postura del PSOE?
-Me ha dolido mucho, no lo entendí
porque el PSOE es un partido que ha sufrido en sus propias carnes el azote del
terrorismo, no solamente la amenaza y la coacción, sino también el tiro en la
nuca y el coche bomba.
-Hay colectivos y partidos
que en estos días han recordado también a las víctimas del franquismo.
-El otro día me criticaban pero yo no
estoy diciendo que no haya que homenajear a las víctimas del franquismo, lo que
estoy diciendo es que hay dos temas completamente diferentes. De lo otro
estamos hablando de una guerra, de una dictadura, y aquí estamos hablando del
azote de organizaciones terroristas. Nunca voy a equiparar a mi hermano con
otro tipo de víctimas que no tienen nada que ver. Mi hermano nunca participó en
ningún bando y ninguna víctima del terrorismo recibió el tiro en la nuca porque
previamente hubieran asesinado a otras personas. No voy a permitir alimentar
ese juego de la izquierda abertzale de equidistancias entre víctimas, de
bandos enfrentados y conflictos.
-¿Qué pensó cuando la
banda ETA anunció su desarme definitivo?
-No me creí ese desarme y, de hecho, no
fui la única que califiqué ese desarme y esa foto de paripé. Yo me creeré que
ETA ha desaparecido cuando anuncie su disolución incondicional. Como organización
siguen estando todavía presente, no lo podemos olvidar.
-¿Qué hace falta para
cerrar las heridas del terrorismo en España?
-Que ETA desaparezca de nuestras vidas y
colabore con la Justicia, pida perdón y reconozca el daño causado. Eso por un
lado, pero por otro también es muy importante la construcción de ese relato
basado en esos principios de verdad, memoria, dignidad y justicia. Un relato en
el que quede bien claro quiénes son las víctimas y quiénes los verdugos, y que
aquí en el País Vasco y en España nunca ha existido ningún tipo de conflicto
sino una organización terrorista que para imponer su proyecto totalitario y
mafioso ha utilizado las armas.
-Para los más jóvenes
puede dar la impresión de que ETA ya es algo pasado…
-Efectivamente, de hecho, a algunos tú
les preguntas con 20 años y no tienen ni idea de quién era Miguel Ángel Blanco
ni Ortega Lara. Y cuando les preguntas por ETA poco menos que les suena a
aquello que decía Arzalluz de los "chicos de la gasolina" o una
cuadrilla de chicos malos. Es muy importante que sepan lo que hemos sufrido. No
estamos hablando ni de un año ni un mes sino que de casi 50 años de azote del
terrorismo. Por eso me alegró mucho conocer que ya este año los alumnos de 4º
de ESO van a empezar a estudiar la historia del terrorismo y que se va a
ampliar a otros cursos. Me parece algo esencial para que nunca nadie jamás
pueda volver a utilizar la violencia o justificar el tiro en la nuca o el coche
bomba.
-¿En el País Vasco
existe una paz real?
-Existe la paz de que ya nuestra vida no
corre peligro pero en determinados municipios nuestra dignidad sí que puede
correr peligro. Yo no puedo ir a muchos municipios en los que sé que mi vida no
corre peligro pero sé que voy a salir insultada o me van a intentar humillar.
Quienes utilizaban las bombas siguen sin respetar nuestras ideas. Yo que voy
mucho al País Vasco, lo de entrar en un bar y oír hablar de política como
puedes hablar en Jerez o en Madrid, yo os puedo asegurar que todavía no lo he
escuchado. No he oído hablar con total libertad y expresar libremente tu opción
política, y más si ésta es lógicamente constitucionalista. Por eso digo que
hemos avanzado pero queda aún camino por recorrer.
-¿Qué está pasando en
Cataluña?
-Pues que los que quieren ser
independientes quieren tratar de imponer esa independencia a los que quieren
seguir siendo españoles y defender con orgullo, como lo defendía mi hermano en
el País Vasco, ese sentimiento de ser vasco y español o ese sentimiento de ser
catalán y español.
-¿Ser diputada en el
Congreso es una forma de homenajear a su hermano?
-Creo que sí porque a mi hermano le
gustaba mucho la política. Me siento muy orgullosa de ser del PP porque siempre
ha estado con las víctimas y defendiendo los valores por los que a mi hermano
le arrebataron la vida. Tuve un gran maestro, mi hermano era una persona que
hablaba muy claro. Estos días me emocionaba al ver que, cuando nadie tenía
narices, mi hermano a los de Batasuna en el Ayuntamiento de Ermua ya los
llamaba asesinos.
De
victima de ETA a diputada en el Congreso
María del Mar Blanco Garrido (Ermua, 29
de marzo de 1974) salió del anonimato, desgraciadamente, en el verano de 1997
cuando ETA asesinó a su hermano Miguel Ángel. Desde entonces ha dejado clara su
postura a favor "del cumplimiento íntegro de las penas" y en contra
"del acercamiento de los presos". Diplomada en Turismo, tras ser
diputada en el Parlamento vasco, actualmente ocupa un escaño con el PP en el
Congreso y preside la Fundación Víctimas del Terrorismo y la Fundación Miguel
Ángel Blanco.
Opinión:
Qué lástima que en 1997 Mari Mar Blanco no fuera “la voz de las víctimas” del terrorismo, supongo que entonces estaría para otros menesteres. Le habría podido explicar lo ocurrido en un restaurante de Gernika cuando la banda terrorista ETA mataba y atemorizaba a “los vascos y vascas”. Por cierto, esa vivencia en Gernika se publicó en un libro quela Fundación de Víctimas
del Terrorismo no quiso ni anunciar en su revista... y ahora nos vienen con que
en el País Vasco no se puede hablar de política, cuando es un problema del que
tampoco se puede hablar en muchos otros sitios... pero el victimismo acecha de
nuevo...
Qué lástima que en 1997 Mari Mar Blanco no fuera “la voz de las víctimas” del terrorismo, supongo que entonces estaría para otros menesteres. Le habría podido explicar lo ocurrido en un restaurante de Gernika cuando la banda terrorista ETA mataba y atemorizaba a “los vascos y vascas”. Por cierto, esa vivencia en Gernika se publicó en un libro que
En cuanto a la entrevista
como tal, solo opinaré de la respuesta a la última pregunta en la que dice “Estos días me
emocionaba al ver que, cuando nadie tenía narices, mi hermano a los de Batasuna
en el Ayuntamiento de Ermua ya los llamaba asesinos”. Con todo respeto le
recomendaría a Mari Mar Blanco que revisara las declaraciones de unas pocas
víctimas pertenecientes a la ANTIGUA Asociación Victimas del Terrorismo y se
dará cuenta del error en sus declaraciones. Ya va siendo hora de explicar quien
es quien en esta larga historia de terror y dolor… no recuerdo ver a Mari Mar
Blanco en ningún juicio contra la banda terrorista ETA tras el atentado contra
su hermano… bueno, ni en ningún juicio contra ETA ni contra otras bandas
terroristas como el GRAPO…
Es impresionante como se deja en el
olvido el excelente trabajo realizado por otras víctimas que desde el minuto
uno tras nuestro atentado nos involucramos en esta labor tan complicada y, al
mismo tiempo, tan gratificante.
Hay que decir públicamente que Mari Mar
Blanco forma parte de esa inmensa mayoría de víctimas del terrorismo que se han
podido beneficiar del trabajo sordo y arduo de unos pocos “quijotes” entre los
que tengo el placer y el honor de incluirme.
Y ahora me gustaría que Mari Mar Blanco
contestara a estas preguntas. Me consta que hay ciertas “víctimas” que siguen
este blog para informar a las altas esferas de lo que en el mismo aparece, así
que espero que le reporten lo siguiente:
Apreciada Mari Mar…
durante la tregua de 1998-1999 y las
posteriores reuniones de los representantes del Gobierno del señor Aznar con miembros
de Batasuna (entonces Batasuna y ETA ¿no eran lo mismo?) no escuché ninguna
protesta por tu parte…
cuando discutíamos (o mejor,
negociábamos) en interminables reuniones el proyecto de la Ley de Solidaridad de 1999 con
el Gobierno del Partido Popular ¿dónde estabas?
Cuando tu compañero y ministro de
Interior Mayor Oreja dijo aquello de “estaría dispuesto a sentarme con ETA”
tras el final de la tregua mencionada, ¿dijiste algo? ¿o es que todavía no te
dedicabas a la asistencia a víctimas o directamente a la política?
Hay tanto pendiente de explicar...
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