08 abril 2018
El
atentado que los Grapo llamaron accidente
Se cumplen 25 años de
la muerte de tres terroristas y un vigilante jurado tras la explosión de dos
artefactos en el atraco a un furgón en el barrio de Delicias.
Era miércoles de
Semana Santa y esa noche del año 1993 es difícil de olvidar. Los vigilantes de Prosegur
estábamos marcados por los Grapo por
los atentados que cometieron contra
nosotros en Vigo y Zaragoza. Pero esos terroristas no eran diestros con
los artefactos", recordó esta semana Antonio Henar, un vigilante de
Prosegur que ha trabajado 43 años en blindados y que esa noche acudió a
socorrer a los compañeros que sufrieron la explosión cuando recogían el dinero
del centro comercial Galerías Primero en la plaza de las Madres de Mayo, en el
barrio de Monsalud, en Delicias. "Nos avisaron de que era un atentado y
llegamos antes que la
Policía. Fue dramático ver a nuestro compañero fallecido en
el vehículo, dos heridos y hasta un tronco sin extremidades, que no sabíamos
quién era. No le deseo a nadie lo que vi", agregó.
El grapo Enrique Cuadra Echeandía, condenado a 34 años por
el atentado, relató en el juicio que los hechos ocurridos esa noche fueron «un
accidente». Aunque él propuso a los Grapo la ejecución directa de los tres
vigilantes para evitar peligros innecesarios, la banda decidió asaltar el
furgón neutralizando al trabajador que llevaba las dos sacas con dinero. El
terrorista Pedro Luis Cuadrado se encargó de interceptar al vigilante Manuel
Escuder mientras su compañera Isabel Santamaría del Pino dejaba un artefacto
teledirigido bajo el blindado. El vigilante controlado, que iba armado con una
escopeta, chocó contra el tercer terrorista Valentín Benito, quien portaba otro
artefacto explosivo en las manos. A consecuencia del choque, la bomba cayó al
suelo y explotó, matando al grapo Benito. Por simpatía, el otro artefacto hizo
explosión y mató a los
terroristas Isabel Santamaría del Pino y Pedro Luis Cuadrado y también a Manuel
Escuder. La onda expansiva y la metralla causaron heridas al
vigilante del centro comercial José Antonio G. y a los dos trabajadores de
Prosegur que iban en el vehículo, Ignacio H. R. y José Javier G. (el
"porteador" que llevaban las sacas y el "vigilante").
"Manuel Escuder
tenía alrededor de 30 años, llevaba unos cinco trabajando en la empresa y se
iba a casar al año siguiente. Uno de los heridos quedó paralítico y con graves daños en
la vista", rememoró Antonio Henar. Aquel día, el furgón llevaba ocho
millones de pesetas de entonces (48.000 euros) y la recogida de recaudación en
Galerías Primero era la última que tenían que hacer. "Las empresas
llamaron esa noche para preocuparse por su dinero, aunque teníamos un fallecido
y tres heridos", señaló Henar.
El comando de los Grapo que cometió el atentado llevaba dos
semanas en un piso de la calle
Roger de Tur de Zaragoza que había alquilado el grapo Fernando
Silva Sande. Habían intentado el atraco al furgón la víspera, pero cuando iban
a "expropiar" (como denominaban los terroristas al atraco)
vieron una patrulla policial y un agente de paisano, por lo que lo suspendieron
al día siguiente, el 7 de abril de 1993, hacia las 21.00. Dos años antes habían
perpetrado otro asalto a un blindado de Prosegur en la calle de Verónica. Fue
un ataque frustrado aunque llegaron a ametrallar el vehículo.
La fuga de Silva
Sande en autobús a Valencia con 8 millones
Los dos grapos que
lideraban el atraco del blindado, Enrique Cuadra Echeandía y Fernando Silva
Sande,
esperaban en un coche para huir. Relataron en el juicio que habían intentado
recoger a sus compañeros del comando, pero en realidad lo que cogieron fueron
dos sacas con ocho millones de pesetas y huyeron por caminos distintos.
Silva Sande, calificado por la persona que le
alquiló el piso en Zaragoza como "alguien muy amable",
escapó en un autobús hacia Valencia la mañana siguiente al atentado con sangre
fría. La paradoja es que esa línea regular se encontraba en la calle de Asalto,
muy cerca del piso alquilado en Roger de Tur.
Silva Sande era un especialista en fugas (había huido de la
prisión de Granada el 1 de abril de 1992) y desde Valencia consiguió llegar a la Estación del Norte de
Barcelona. Allí se enfrentó con tres agentes del Sector Móvil de la Policía que realizaban un
control rutinario de los viajeros del autocar. Uno de los policías inició su
persecución y, al llegar a la calle de Nápoles, el sospechoso se revolvió contra
el agente, sacó una pistola y le encañonó. Ante la inminencia
del disparo, el policía se tiró al suelo y Silva Sande se esfumó por las calles
de Barcelona tras arrojar las sacas con el dinero robado. En 2009 fue juzgado y
le condenaron a 34 años de prisión. Ese mismo año, este grapo desveló donde
murió Publio Cordón, pero el cuerpo aún no ha aparecido.
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